Quito, 3 feb (EFE).- El presidente de Ecuador, Rafael Correa,
aseguró hoy que el proyecto ambiental Yasuní-ITT, que busca dejar
sin explotar una reserva petrolera en la Amazonía a cambio de una
compensación económica internacional, es un "símbolo de la necesidad
de una transición energética mundial".
Tras firmar un decreto ejecutivo para la conformación de un nuevo
equipo de gestión de la propuesta, Correa se mostró seguro de que el
proyecto "trata de cambiar la historia ambiental" de Ecuador y del
planeta.
"Se trata de inaugurar una nueva lógica no sólo a nivel de
recursos naturales sino un nueva lógica económica, donde se compense
la generación de valor y no sólo la generación de mercancía",
añadió.
Mediante el decreto, Correa oficializó un equipo
intergubernamental, liderado por la ministra coordinadora de
Patrimonio Natural y Cultural, María Fernanda Espinosa; y uno
técnico, integrado por varios expertos en diversas áreas.
Además, conformó otro equipo negociador, que estará liderado por
la ex parlamentaria andina Ivonne Baki, en lugar del actual
secretario de la Comunidad Andina, Freddy Ehlers, a quien había
nominado en un principio.
La nueva organización de la iniciativa se formó luego de que el
anterior equipo dimitiera en bloque, incluido el ex canciller Fander
Falconí, después de que Correa, a principios de enero, criticara
algunos puntos del proceso negociador.
El proyecto ambiental prevé dejar bajo tierra una reserva
petrolera probada de 846 millones de barriles de crudo, que
supondrían para el país ingresos por unos 7.000 millones de dólares.
Ecuador propone no explotar la reserva, que se encuentra en un
reducto amazónico de alta biodiversidad, para evitar la emisión a la
atmósfera, según dijo Correa, de 407 millones de toneladas de
dióxido de carbono (CO2).
A cambio, Ecuador pide una compensación económica internacional
de al menos la mitad de los ingresos que obtendría por la venta de
ese petróleo.
Los fondos obtenidos serían administrados por un fideicomiso
internacional que, bajo liderazgo de Ecuador, estaría gestionado por
el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Correa volvió a criticar algunos puntos que se contemplaban en el
texto elaborado por la anterior comisión y aclaró que los países
contribuyentes "no son donantes", porque el Yasuní-IIT "es
absolutamente distinto a la caridad".
Reiteró que se busca "corresponsabilidad" a nivel internacional y
criticó que en el texto elaborado por la anterior comisión se
establecía que el PNUD debía dar "las directrices" sobre qué tipos
de proyectos iban a recibir los fondos recaudados.
"Vaya osadía, señores, ya no somos colonia de nadie", afirmó el
mandatario.
Con el decreto, el Gobierno prorrogó por un plazo indefinido la
vigencia del proyecto, pese a que el propio Correa llegó a advertir
de que explotaría el crudo del Yasuní-ITT desde junio próximo, si no
obtenía una respuesta de la comunidad internacional.
"Mantenemos nuestra propuesta audaz, inédita, pionera del
proyecto Yasuní-ITT", afirmó el mandatario quien subrayó que "jamás,
país alguno, presentó a la comunidad internacional una propuesta
como la nuestra, cuyo objetivo fundamental es la conservación de la
vida". EFE
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