México, 20 sep (EFE).- Científicos del Centro de Investigación y
de Estudios Avanzados de México (Cinvestav) anunciaron hoy que han
creado la primera planta de maíz resistente a la sequía, con la que
esperan combatir los problemas de falta de agua que afectan al país.
Según este organismo, más de la mitad del territorio de México es
árido o semiárido, algo que dificulta la siembra de cualquier
cultivo en él, incluido el de este cereal, fundamental en la dieta
mexicana y especialmente en las capas sociales más pobres.
"Podemos decir que somos los primeros del mundo en crear maíz
resistente a la sequía", aseguró en conferencia de prensa Beatriz
Xoconostle, una de las responsables del proyecto.
La investigadora explicó que, hasta el momento, la variedad
resistente a la sequía sólo ha sido desarrollada en invernadero, y
que se ha solicitado un permiso a la Secretaría de Agricultura para
iniciar en mayo de 2011 la siembra experimental a cielo abierto.
La zona prevista para ello es el Valle del Yaqui, en el estado
norteño de Sonora.
En esas condiciones, añadió, será cómo verdaderamente se
compruebe la vulnerabilidad de este maíz al calor y a la salinidad.
Xoconostle indicó que fue José Luis Cabrera Ponce, investigador
del Cinvestav de Irapuato, quien creó estas nuevas plantas, cuya
inocuidad ya se ha comprobado, y de las que se espera que necesiten,
al menos, un veinte por ciento menos de agua y que resistan
temperaturas por encima de los cuarenta grados.
Para elaborar esta variedad, se aprovechó la acción de uno de los
azúcares que el maíz contiene por naturaleza, el azúcar trehalosa,
que ayuda a la planta a conservar el agua en sus tejidos.
Una de las enzimas del maíz, la trehalasa, degrada este azúcar y
provoca que el cereal sea más susceptible a la sequía y a las
temperaturas extremas.
Mediante la introducción en el mapa genético del maíz de una
bacteria, la tumefaciens, que se encuentra de forma natural en el
suelo mexicano, se logró reducir la acción de dicha enzima y
potenciar así los efectos que la trehalosa tiene en la resistencia
del cultivo a la sequía.
Xoconostle advirtió que este nuevo maíz no es estrictamente
transgénico, sino sisgénico, y detalló que no ofrece resistencia a
los antibióticos, ni tampoco es potencialmente alérgeno, porque en
él no se sintetizó ninguna proteína.
Esto se debe, dijo, a que los organismos combinados pertenecen a
la misma especie y la secuencia genética de ambos es
"extraordinariamente similar".
Destacó que la información genética de la nueva variedad logra
que este maíz "no note que está siendo sometido al estrés" de las
condiciones de sequía, de forma que no sufre efectos secundarios
como el enanismo, apreciados en otras manipulaciones.
Xoconostle afirmó que la tecnología desarrollada por el Cinvestav
puede aplicarse a "todas las especies", y aventuró que su coste no
tiene por qué superar "de ninguna manera" al del maíz convencional.
La doctora reconoció, eso sí, que desde que el Gobierno mexicano
ha permitido a compañías privadas la siembra experimental de este
cereal en su territorio, el precio del suelo para estos fines "ha
subido mucho".
El apoyo de las autoridades al cultivo transgénico de maíz por
parte del sector privado ha sido denunciado en varias ocasiones por
organizaciones ecologistas de México.
Los detractores de los transgénicos aseguran que estos cultivos
contaminan, aumentan el uso de plaguicidas y, a través de patentes,
eliminan la agricultura tradicional. EFE
mav/asc/acb