Javier Aja
Dublín, 30 sep (EFE).- La economía de Irlanda vivió hoy su
particular "jueves negro" tras conocerse que el agujero de los
bancos nacionales obligará al Gobierno a inyectar casi 50.000
millones de euros en un sistema al que se responsabiliza de la
profunda crisis que sufre el país.
Gran parte de ese dinero, que saldrá del bolsillo del
contribuyente, irá destinado al Anglo Irish Bank, nacionalizado en
2009 y cuyo rescate se cifró hoy en 29.300 millones de euros "en el
mejor de los casos", según precisó el Banco Central de Irlanda.
En el peor de los casos, el Gobierno tendrá que ingresar en el
Anglo Irish Bank unos 5.000 millones de euros adicionales, que,
sumados a la factura final de los otros cinco grandes bancos
nacionales, elevará el déficit público irlandés -el más alto de la
Unión Europea (UE)- durante 2010 hasta el 32% del PIB.
El Allied Irish Banks (AIB), que aprobó los test de solvencia de
la UE el pasado julio, necesita ahora añadir otros 3.000 millones de
euros a los 3.500 que ya ha recibido del Estado, lo que llevará al
Gobierno a hacerse con el 90% del primer banco privado irlandés
mediante la compra de acciones ordinarias.
El ministro irlandés de Finanzas, Brian Lebihan, calificó hoy las
cifras de "horrendas", pero indicó que su divulgación debería
transmitir "tranquilidad" a los mercados internacionales y a los
inversores, al tiempo que aseguró que la subida del déficit público
irlandés en 2010 es "coyuntural".
El objetivo, dijo el ministro, continúa siendo reducir el déficit
público hasta el 3 por ciento del PIB en 2014, en línea con las
directrices de la UE.
"El apoyo general del Estado a nuestro sistema bancario continúa
siendo manejable y se puede acomodar dentro de los planes fiscales
del Gobierno para los próximos años", afirmó el titular de Finanzas.
Esos planes tomarán forma tan pronto como el próximo diciembre,
cuando el Gobierno presente los presupuestos generales de Estado
para 2011, en los que tiene previsto imponer más ajustes para
ahorrar unos 3.000 millones de euros.
También acelerará la última fase del proceso de transferencia de
activos tóxicos de las entidades financieras a la Agencia Nacional
de Gestión de Activos (NAMA), operación valorada en 81.000 millones
de euros.
De esta manera, el Ejecutivo quiere acabar con la especulación
que rodea a NAMA por los descuentos que aplicará a cada banco por
los activos tóxicos, que en un principio se situaron en el 30 por
ciento, pero que con el paso del tiempo y el deterioro de la
economía llegan ya al 60 por ciento, según la entidad.
El banco Irish Nationwide también necesitará del Estado otros
2.700 millones de euros para evitar la bancarrota, lo que eleva la
factura final de su rescate hasta los 5.400 millones de euros.
Por contra, el Bank of Ireland (BoI) -segunda entidad financiera
nacional- ha salido a flote con los 3.500 millones de euros que
necesitó al comienzo del desplome del sistema financiero, mientras
que el Irish Life & Permanent no ha recibido capital estatal
adicional alguno porque no participa en el mercado de crédito para
el sector de la construcción.
Desde la introducción en 2008 de una garantía estatal para todos
los depósitos, bonos y cierto tipo de deuda de sus seis grandes
entidades financieras nacionales, garantía que expira esta semana,
el Gobierno ha inyectado en estas entidades 44.700 millones de
euros.
No obstante, la cifra podría subir hasta los casi 50.000 millones
de euros si el Anglo Irish Bank sufre más perdidas en el futuro y el
precio de los "propiedades comerciales baja hasta el 65 por ciento y
no se recupera en 10 años", señaló hoy el Banco Central.
En respuesta a la publicación hoy de las cifras, los mercados de
deuda llegaron a rebajar a medio día el bono irlandés de 10 años
respecto al alemán de referencia a un interés del 6,55%, después de
que a primera hora de la mañana éste se situase en el 6,72%. EFE