París, 15 sep (EFE).- La Agencia Internacional de la Energía
(AIE) quiere incentivos para que en los países en desarrollo se
utilicen tecnologías de mayor eficiencia en el sector eléctrico y
que supongan una generación con bajas emisiones de CO2, incluida la
captura y almacenamiento de carbono y la energía nuclear.
El director ejecutivo de la AIE, Nobuo Tanaka, se pronunció en
favor de modificar las reglas actuales, que no incluyen la captura
de carbono y la energía atómica entre los proyectos que pueden
desarrollarse en el marco del mercado de intercambio de derechos de
emisión de dióxido de carbono (CO2).
Tanaka, que hizo estas declaraciones con motivo de la
presentación hoy de dos informes sobre los retos en la industria y
en el sector eléctrico para hacer frente al cambio climático,
recordó que ambos sectores representan casi dos tercios de las
emisiones de CO2, principales responsables del calentamiento del
planeta.
"Des-carbonizar el sector eléctrico y reducir la intensidad en
CO2 en sectores clave como la siderurgia, el cemento, el papel, la
química y la petroquímica, así como el aluminio serán cruciales"
para cumplir el objetivo internacional de reducir a la mitad las
emisiones de este gas de efecto invernadero en el horizonte de 2050,
subrayó.
Advirtió de que en el caso de la industria, el uso de las mejores
tecnologías disponibles actualmente permitiría reducir el uso de
energía en un 20-30%, pero eso no sería suficiente para alcanzar el
citado objetivo, teniendo en cuenta que la demanda mundial de
energía se espera que se doble con creces de aquí a 2050.
Por eso será necesario no sólo la adopción de tecnologías como la
captura y almacenamiento de carbono, sino también implicar a los
países en desarrollo y su industria, ya que es allí donde se espera
el mayor incremento de emisiones.
La AIE insistió igualmente en que disminuir el peso del CO2 en la
producción eléctrica es fundamental para conseguir luchar contra el
cambio climático, sobre todo teniendo en cuenta que este sector
origina el 41% de las emisiones.
Aquí de nuevo, la acción en el mundo en desarrollo es esencial,
puesto que desde 1990 las emisiones de dióxido de carbono allí han
crecido un 90% y van en la línea de doblarse de aquí a 2030.
La agencia señaló que hay que trabajar en dos líneas, la primera
dar una "fuerte señal a los inversores" en la energía eléctrica para
promover tecnologías menos intensivas en carbono, y la segunda
políticas más ambiciosas para una mayor eficiencia en el uso de la
electricidad. EFE