Viena, 10 jun (EFE).- Banqueros e inversores alertaron hoy en
Viena del peligro de una regulación bancaria excesiva que podría
generar menos empleos y cerrar aún más el grifo de los créditos, lo
que a su vez estrangularía el ya menguado crecimiento económico.
El informe preliminar del Instituto de Finanzas Internacionales
(IIF), que reúne a más de 400 entidades bancarias y financieras de
todo el mundo, apunta que en el mercado laboral de la zona euro, con
la introducción de más regulaciones bancarias se crearían 4,8
millones de puestos de trabajo menos en la próxima década.
Además, en los 16 países del euro el crecimiento económico hasta
2020 se vería reducido en medio punto porcentual por año y el PIB
nominal de la eurozona acabaría siendo unos 853.000 millones de
euros más bajo al final de la década.
Nada menos que el inversor estadounidense George Soros amonestaba
que la situación actual recuerda a la de la década de 1930, cuando
el déficit fiscal era esencial para las políticas anticíclicas, a
pesar de lo cual los gobiernos deben ahora reducirlo por la presión
que ejercen los mercados financieros.
Estas coordenadas, según el magnate, pueden empujar a la economía
global una recesión doble, con una caída del PIB, seguida de una
breve recuperación y otra nueva recesión.
A su juicio, la crisis financiera actual no sólo supone un
fracaso del mercado, sino un fracaso regulador e incluso más
importante, un fracaso del dogma que prevalecía sobre la
infalibilidad de los mercados financieros.
"Hemos entrado en el segundo acto del drama, cuando los mercados
financieros comenzaron a perder la confianza en la credibilidad de
la deuda soberana", dijo.
Soros agregó que "Grecia y el euro se han convertido en el punto
de atención, pero los efectos pueden ser sentidos en todo el mundo.
Las dudas sobre la deuda soberana están forzando a reducir el
déficit cuando los bancos y la economía puede que no sean lo
suficientemente fuertes para permitir buscar la corrección fiscal".
En este contexto, el gobernador del Banco Nacional Austríaco
(central), Ewald Nowotny, incidió en que "los mercados no están
funcionando de la forma correcta, tienen distorsiones" y que las
primas de riesgo que se aplican para la concesión de créditos "no
reflejan la realidad".
Nowotny citó como ejemplo que "si se mira la deuda pública de
España, no tiene nada que ver con la de Grecia".
La futura regulación de la banca y de los bancos de inversión,
con sus productos sintéticos, como los derivados y los seguros de
riesgos para créditos (CDS), ha sido el caballo de batalla de este
foro.
"Es imperativo que las nuevas reformas de regulación sean
coordinadas a nivel mundial tanto en términos de su formulación como
en el calendario de su puesta en práctica. Esperamos que la próxima
cumbre del G-20 reafirme su compromiso de coordinación global", dijo
Josef Ackermann, presidente del alemán Deutsche Bank.
El también presidente de la Junta de Directores del IIF afirmó
esto ante la prensa junto con otros representantes del instituto,
que presentó un "informe preliminar" sobre el posible impacto de una
nueva regulación del sector en Estados Unidos, la zona euro y Japón.
El documento se basa en las reformas propuestas por el Comité de
Basilea sobre Supervisión Bancaria, así como en otras reformas
propuestas por autoridades nacionales o "supranacionales", y, entre
otros, concluye que una aplicación demasiado rápida afectaría
negativamente a la coyuntura y al empleo.
"El análisis sugiere que la aplicación rápida de las propuestas
del Comité de Basilea tendrían un impacto negativo de significancia
en el crecimiento económico y en la creación de empleo", explicó por
su parte Peter Sands, presidente del Comité Especial para la
Regulación Efectiva del IIF.
"Específicamente, en Estados Unidos, la zona euro y Japón el
análisis indica que el PIB de 2015 sería un 3% menor" de lo que
sería sin las reformas, "lo cual implica, en condiciones normales,
que en un período de cinco años se crearían cerca de 9,7 millones de
empleos menos" de los previstos en el mismo período sin reformas,
añadió.
El experto reconoció que esas cifras son sólo una aproximación,
dadas las múltiples variables a las que está sujeto el estudio, pero
insistió en que habrá que pagar "un precio por hacer más seguro y
estable el sistema bancario, y el precio inevitablemente lo lastrará
la economía real".
Si bien afirma que la "dirección de la reforma es correcta", el
IIF alerta que la reforma de las reglas financieras afectará el
coste de los préstamos y reducirá el volumen de créditos que la
banca provee a la economía real.EFE