Estrasburgo (Francia), 8 feb (EFE).- El comisario europeo de
Empleo, Vladimir Spidla, garantizó hoy una vez más que Bruselas no
permitirá que las decisiones de General Motors (GM) sobre el futuro
de las distintas plantas europeas de Opel se vean afectadas por
acuerdos políticos con los gobiernos.
"La Comisión seguirá con actitud vigilante para garantizar que si
al final entra en juego una ayuda pública, la reestructuración de
Opel siga basada exclusivamente en argumentos económicos y no se vea
influida por condiciones no comerciales vinculadas con la
financiación pública", señaló Spidla.
En una intervención ante el pleno del Parlamento Europeo, el
comisario subrayó que Bruselas se asegurará de que "el reparto
geográfico de los esfuerzos de reestructuración no se vea alterado
por consideraciones políticas".
La empresa tiene previsto solicitar próximamente de forma oficial
ayudas a los Estados en los que tiene fábricas, como parte de su
plan para reestructurar el negocio.
Spidla se encargó hoy de defender el trabajo del Ejecutivo
comunitario en el expediente de Opel ante las críticas de un buen
número de diputados, que consideraron que Bruselas no ha hecho lo
suficiente para proteger los empleos en Europa.
"General Motors se ha impuesto ante la Comisión Europea y creo
que eso no es aceptable", dijo el democristiano belga Ivo Belet, que
consideró que "no se puede permitir que los gobiernos negocien a
título individual" con la empresa, en lugar de plantear una oferta
conjunta a escala europea.
En su opinión, serán "los más débiles" los que paguen las
consecuencias.
El debate se centró sobremanera en el cierre de la planta de Opel
en Amberes (Bélgica), que dejará sin empleo a más de 2.600 personas.
Sin embargo, también se hizo referencia a la situación de otras
fábricas, como la española de Figueruelas (Zaragoza), donde la
empresa planea despedir a 900 trabajadores.
La eurodiputada socialista española Inés Ayala criticó el plan de
reestructuración de Opel al considerar que lo que hace es "reclamara
ayudas a los Estados y sacrificios a los trabajadores".
Ayala pidió a la CE que deje de ser "un mero observador" y que
impulse una nueva política industrial que garantice el empleo. EFE