Madrid, 24 sep (EFE).- El vicepresidente de la Comisión Nacional
del Mercado de Valores, Fernando Restoy, calificó hoy de "muy
positivo" el nuevo sistema de supervisión financiera propuesto ayer
por la Comisión Europea y señaló que no tendrá "ningún efecto
adverso" sobre el vigente modelo español.
Restoy, que hizo estas declaraciones al término de una jornada
sobre información financiera organizada por el Instituto Español de
Analistas Financieros y la Federación Europea de Sociedades de
Analistas Financieros, aseguró que lo que se conoce del proyecto de
reforma no alterará, sino que complementará las normas vigentes en
España.
Además, añadió, contribuirá a mejorar la coordinación entre los
supervisores nacionales.
Las principales novedades de la propuesta son la creación de un
Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos, encargado de vigilar la
estabilidad del sistema financiero en su conjunto y emitir alertas y
recomendaciones si detecta riesgos, y un Sistema Europeo de
Supervisores Financieros, formado por tres nuevas autoridades para
los sectores de banca, bolsa y seguros.
Restoy recordó que el proyecto de reforma conocido ayer "bebe
directamente" del informe Larosière, que un grupo de expertos
liderado por el ex director-gerente del Fondo Monetario
Internacional Jacques de Larosière redactó con el objeto de aumentar
la integración entre los supervisores nacionales europeos.
Así mismo, indicó que el proyecto debe pasar por el Parlamento
Europeo para su discusión.
Durante su intervención en las jornadas, el vicepresidente de la
CNMV se refirió al Consejo Internacional de Normas Contables (IASB,
por sus siglas en inglés), para el que hay "un amplio margen de
mejora" en lo relativo a la transparencia.
En concreto, se mostró partidario de que los organismos públicos
tengan capacidad para evaluar los resultados del IASB respetando su
independencia, ya que en ocasiones las presiones de las autoridades
afectan a la calidad de los trabajos.
Restoy alertó de los riesgos existentes en el actual proceso de
reforma del IASB, el primero de los cuales es la urgencia, ya que
está previsto adoptar las nuevas normas en las próximas semanas,
aunque la revisión no será obligatoria hasta 2012.
También recordó que los cambios no se han consensuado con la
autoridad contable estadounidense (FASB), con lo que se corre el
peligro de que cada uno evolucione por su lado. EFE