París, 10 nov (EFE).- La demanda global de energía, que ha caído
en 2009 debido a la crisis económica, aumentará un 40 por ciento
para 2030 y la cumbre de Copenhague del mes próximo será un "momento
crucial" para diseñar un futuro energéticamente sostenible, según la
Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Según el informe anual de la AIE presentado hoy, para esa fecha,
el barril de petróleo llegará a 115 dólares, tras haber alcanzado
los 100 dólares en el horizonte de 2020, descontando los efectos de
la inflación.
Eso supone que el precio del barril será un 40% más caro que en
2009, año en el que el declive de la actividad económica provocará
que el crudo se estabilice en torno a los 60 dólares por barril,
frente a los 97 dólares de media que alcanzó el año pasado, indicó
la AIE.
El ritmo de crecimiento de la demanda mundial de petróleo será
del 1%, lo que supone pasar de los 85 millones de barriles diarios
consumidos en 2008 a los 105 que la AIE estima que se demandarán en
2030.
Los combustibles fósiles acapararán tres cuartos de la futura
demanda energética y los países no miembros de la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se apuntarán el 90%
de dicha demanda.
Dentro de los países en vías de desarrollo, China e India
seguirán a la cabeza del incremento en necesidades energéticas, con
una demanda futura que alcanzará el 50% de ese grupo de Estados
listados fuera de la OCDE.
China, en particular, superará a Estados Unidos, mayor consumidor
energético del mundo, y se convertirá en el país con mayor demanda
de petróleo y gas importado en 2025, proyecta la AIE.
Otro de los desafíos que señala la AIE es la "pobreza energética"
pues todavía hay unos 1.300 millones de personas sin electricidad,
masa de población que aumentará a 1.500 millones en 2030, "aunque el
acceso universal podría lograrse con una inversión de 35.000
millones de euros anuales", indica el informe.
Ante la "precaución" que solicita el informe, la agencia que
representa a los países consumidores de energía encuentra también
espacio para el "optimismo" y asegura que "contener el cambio
climático es posible" pero que requerirá "una profunda
transformación del sector de la energía".
Para ello "se necesita un agresivo plan de acción para limitar la
concentración a largo plazo de gases de efecto invernadero" que
permita mantener el aumento de temperaturas en 2 grados centígrados
y no en los 6 grados que se incrementará la temperatura del planeta
si se sigue consumiendo energía como hasta ahora, dice la AIE.
Los planes que solicita el director de la agencia, Nobuo Tanaka,
pasan por mantener el volumen de carbono en la atmósfera en 450
partículas por millón, lo que la AIE denomina el "Escenario 450".
Éste escenario requiere que el pico energético global se alcance
en 2020, para empezar después una caída en el consumo que se sitúe
en los 26,4 gigatones en 2030, por debajo de los 28,8 gigatones
registrados en 2007.
Los líderes mundiales que se reunirán en la cumbre sobre el clima
de Copenhague el próximo mes de diciembre tienen una "oportunidad
histórica de evitar los peores efectos del cambio climático", agregó
Takana, quien precisó que "la eficiencia energética es el mayor
contribuyente" a la reducción de la demanda que anhela la AIE.
Además de acciones multisectoriales, la AIE subraya el importante
papel que podrían desempeñan en este sentido las tecnologías "bajas
en carbono" y espera que para 2030, el 37 por ciento de la
electricidad mundial provenga de las energías renovables, que el 18
por ciento corresponda a la producción nuclear y que el carbono sólo
represente el 5%.
Para contribuir a ese escenario ideal, habría que lograr que las
ventas de vehículos alternativos (híbridos o eléctricos) se situasen
en torno al 60% del total, frente al uno por ciento registrado
actualmente.
"El desafío de los negociadores del clima es ponerse de acuerdo
sobre los instrumentos que aporten los incentivos adecuados para
llevar a cabo las inversiones necesarias y sobre los mecanismos para
financiar esas inversiones" en los países en desarrollo".
También deberá limitarse el consumo de gas, que debería rondar un
17% más que actualmente en 2030 y no un 41% más, si se continúa con
los mismos usos energéticos, mantiene la AIE. EFE
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