Lisboa, 22 abr (EFE).- La creciente desconfianza de los mercados
ante las perspectivas financieras de Portugal y el temor, según su
Gobierno injustificado, a que pueda seguir los pasos de Grecia,
infligieron hoy un severo castigo a la bolsa y a la deuda lusa.
La reacción a las malas previsiones sobre la economía portuguesa
ya conocidas pero confirmadas en las últimas 24 horas por el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y Bruselas, penalizaron a la deuda del
país y a su bolsa, que perdió el 2,6% lastrada también por la
creación de un nuevo impuesto luso a los beneficios bursátiles.
Los intereses y seguros sobre la deuda lusa, en sus niveles más
altos desde finales de los años noventa, volvieron a subir hoy y han
colocado a Portugal entre los países más castigados del mundo,
superados en Europa solo por Grecia e Islandia.
Los medios económicos e Lisboa comentaron el alza con
preocupación y destacaron que sitúa a Portugal en un nivel de
confianza a la altura de Líbano o Vietnam y entre la decena de
naciones con mayor posibilidad de incumplimiento de sus compromisos.
Las obligaciones del tesoro portugués a diez años estaban ya hoy
cerca del 5 por ciento de interés, mientras las griegas han
sobrepasado el 8% y están más penalizadas aún a corto plazo.
La posibilidad de que los mercados extiendan el "efecto Grecia" a
Portugal se ha convertido en una preocupación para el Gobierno luso
más acuciante aún que la propia crisis económica que sufre el país.
Desde hace meses el Ejecutivo socialista de José Sócrates se
queja de un acoso de los mercados que considera injusto y
especulativo y el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos
Santos, pidió hoy que se valore la "ejemplar" contabilidad
financiera del Ejecutivo portugués.
El ministro consideró muy importante que los mercados tomen nota
de la solvencia de la información sobre las cuentas públicas lusas
remitidas a Bruselas, en aparente alusión a la corrección al alza
del déficit de Grecia anunciada hoy por la Comisión Europea, que lo
situó en el 13,6% y no en el 12,7% calculado por Atenas.
Pero los mercados no dejaron de reaccionar con preocupación a la
publicación por Bruselas de los datos que ya había adelantado
Portugal sobre su déficit, situado al acabar el año pasado en el 9,4
por ciento.
Los intereses aplicados a la deuda lusa habían acusado además el
miércoles el informe del FMI, que rebajó las perspectivas de
crecimiento luso este año al 0,3 por ciento -frente al 0,7 estimado
por el Gobierno y el 0,4 por el Banco Central portugués- y además
pronosticó un desempleo del 11%, mayor del 10% que espera Lisboa.
La última emisión de obligaciones del Tesoro portugués en los
mercados internacionales, por mil millones de euros, logró ayer una
demanda superior a la oferta pero tuvo que elevar los intereses
respecto a las emisiones anteriores, que superan ya este año los
7.000 millones.
Para afrontar el problema de la deuda pública y el elevado
déficit fiscal de Portugal el Gobierno de Sócrates presentó el mes
pasado a Bruselas un plan de austeridad estatal que aspira a bajar
el déficit desde el 9,4 por ciento actual al 2,57% en 2013.
Entre otras medidas de reducción del gasto, Portugal venderá
empresas y participaciones por valor de 6.000 millones de euros,
congelará el salario de los empleados del sector público y gravará
los ingresos más altos con un impuesto especial del 45 por ciento.
El Consejo de Ministros luso aprobó además hoy una nueva
tributación del 20 por ciento para las plusvalías generadas en bolsa
que, según los expertos, ayudó también a la caída en el parqué. EFE