Río de Janeiro, 18 sep (EFE).- El índice de desigualdad en Brasil
se redujo cerca del 9,2% en diez años en Brasil, pese a que el 10%
de los trabajadores con los mejores ingresos concentra hasta el
42,7% del total de la renta del país, informó hoy el Gobierno.
El índice de desigualdad, uno de los mayores problemas de Brasil,
se ubicó el año pasado en su menor nivel histórico gracias a que el
desempleo y la informalidad cayeron igualmente a sus mínimos, según
un informe divulgado hoy por el estatal Instituto Brasileño de
Geografía y Estadísticas (IBGE).
La Investigación Nacional por Muestras de Domicilio, un retrato
de Brasil que el Instituto realiza anualmente con base en encuestas
a cerca de 392.000 personas, mostró varios avances en 2008 y una
sociedad más igual, según el organismo.
El estudio fue elaborado antes de que Brasil sufriese los efectos
de la crisis económica global, pero entidades como el Instituto de
Investigación Económica Aplicada (IPEA) consideran que sigue actual
debido a que varios de los indicadores ya volvieron al nivel en que
estaban antes de la crisis.
Según el Instituto, el índice de Gini, usado mundialmente para
medir la desigualdad, se ubicó el año pasado en 0,515 puntos, por
debajo de los 0,521 puntos de 2007 y fue en un 9,2% inferior a los
0,567 de 1998, cuando se comenzó a elaborar.
Este índice, que varía entre 0 y 1, mide la distribución de la
renta y muestra países más justos entre más se aproxima a 0 y más
desiguales cuando se acerca a 1.
Pese a esa mejoría, los demás indicadores aún reflejan una grave
desigualdad de ingresos en Brasil, hasta el punto de que más de la
mitad de las familias (52%) tenían el año pasado una renta mensual
por persona de hasta un salario mínimo legal (465 reales o 258,3
dólares).
Además, 5,9 millones de familias carecía de rendimiento o ganaba
hasta una cuarta parte del salario mínimo por persona.
El 10% de los brasileños con los menores ingresos apenas se
quedaba con el 1,2% de la renta total del país en 2008, apenas por
encima del 1,1% medido en 2007, en tanto que el 10% con los mayores
rendimientos acaparaba el 42,7% de la renta, un poco menos del 43,3%
de 2007.
La lenta reducción de la desigualdad fue posible gracias a que el
índice promedio de desempleo el año pasado cayó al 7,2% de la
población económicamente activa, su menor nivel histórico y 2,5
puntos porcentuales por debajo del récord de 9,7% medido en 2003.
Eso significa que Brasil tenía el año pasado 7,1 millones de
desempleados, frente a 8 millones en 2007 (8,2% de la población
activa).
De la misma forma cayó el empleo informal. De acuerdo con el
IBGE, el 52% de los 92,4 millones de brasileños ocupados en 2008
pagaba sus respectivas cuotas al Instituto de Seguros Sociales y
gozaba de garantías laborales.
Por primera vez el número de trabajadores con empleo formal
superó a los que estaban en la informalidad.
Pese al aumento del empleo, cerca de 4,5 millones de niños y
adolescentes entre 5 y 17 años, es decir, el 10,2% de la población
con esa edad, trabajaba en 2008 para ayudar al sustento de sus
familias.
Fue un avance frente a los 4,9 millones de menores que trabajaban
en 2007 (10,9% del total).
Según los datos de la encuesta, de los cerca de 188 millones de
habitantes del país el año pasado, un 43,8% se declaraba mulato
(frente a un 42,5% en 2007), un 48,4% blanco (por debajo del 44,6%
un año antes) y un 6,8% negro (menos que el 7,5% anterior).
Del total de la población, 51,3% era de sexo femenino y 48,7% de
sexo masculino.
La población con más de 60 años subió desde 19,7 millones en 2007
hasta 21 millones en 2008, es decir, el 11,1% de la población. EFE