(actualiza con datos y declaraciones)
Ana Victoria de las Heras
Londres, 23 oct (EFE).- Tras la inesperada contracción registrada
en el tercer trimestre del año, la economía británica confirmó hoy
que ha perdido el tren de la recuperación al que ya se han subido
otras grandes potencias como Francia y Alemania, y que se enfrenta
ahora a la peor recesión de los últimos 60 años.
El Producto Interior Bruto (PIB) del Reino Unido volvió a caer
entre julio y septiembre por sexto mes consecutivo, algo nunca visto
desde que la Oficina Nacional de estadística (ONS, siglas en inglés)
comenzó a elaborar esta estadística en 1955.
Con la caída del 0,4 por ciento anotada en este período, el PIB
acumula un descenso del 5,9 por ciento en el último año, una cifra
casi idéntica a la registrada entre 1979 y 1981, cuando el
descomunal recorte del gasto público y el aumento de los tipos de
interés decretado por el Gobierno conservador de Margaret Thatcher
provocó que la economía británica se contrajera un 6 por ciento.
Los datos ofrecidos hoy por la ONS han caído como un jarro de
agua fría sobre el mercado, que durante las últimas semanas había
mostrado su confianza en que el Reino Unido se convirtiera en la
tercera gran economía europea en poner punto y final a la recesión,
y sobre la libra esterlina, que caía con fuerza frente al euro y el
dólar.
También el Ejecutivo vaticinaba hace menos de un año que el Reino
Unido volvería a la senda del crecimiento en el segundo semestre del
año, una previsión que ahora se antoja demasiado optimista.
Tras divulgarse la estadística, el ministro británico de
Economía, Alistair Darling, insistió en que el PIB nacional se
recuperará a principios de 2010 y se mostró totalmente convencido de
que, a pesar de este tropiezo, "el fin de la recesión está cerca".
Sin embargo, esta nueva dosis de optimismo no ha conseguido
tranquilizar a la opinión pública, que se pregunta por qué al Reino
Unido le está costando más que a otros países salir de la recesión
cuando sus gobernantes aseguraban hace un año que la economía
británica estaba mejor preparada que sus vecinos para enfrentarse a
la crisis.
La oposición conservadora no dudó en aprovechar este nuevo
varapalo para arremeter de nuevo contra el primer ministro, el
laborista Gordon Brown, y contra las políticas económicas
desarrolladas desde el comienzo de la crisis.
"La estrategia de Brown ha fracasado, nadie confía ya en su
política económica. No tiene planes para revitalizar el sistema
bancario, para reducir la deuda pública o para volver al
crecimiento: todo el país está sufriendo su falta de liderazgo",
aseveró el responsable de Economía de los "tories", George Osborne.
Los expertos se mostraron más cautos y advirtieron de que la
economía del Reino Unido tiene todavía un largo camino que recorrer
hasta curarse por completo.
En este sentido, anticiparon que el Ejecutivo tendrá que revisar
a la baja las previsiones para el conjunto de 2009, que actualmente
prevén una contracción del 3,5 por ciento, en su boletín de
noviembre.
Además, indicaron que el 2010 podría ser igual de complicado que
2009 si las medidas extraordinarias aprobadas durante la crisis
comienzan a ser retiradas, ya que afectarían directamente al mercado
crediticio y provocarían una reducción del consumo.
Entre estas medidas destacan la reducción del IVA aprobada a
finales de 2008 o el paquete de ayudas para la compra de
automóviles, que concluirán el próximo mes de enero.
Otras de las acciones, como el recorte de los tipos de interés,
que desde marzo están en el mínimo histórico del 0,5 por ciento, o
el programa "alivio cuantitativo", que inyecta liquidez en el
mercado crediticio, sí se mantendrán a medio plazo, vaticinan los
expertos.
En cualquier caso, los analistas consideran que la economía
británica no volverá al nivel de actividad previo a la crisis hasta
dentro de cinco años. EFE