Tania Romero
Shanghái (China), 7 ago (EFE).- La especulación se ha adueñado de
la Bolsa de Shanghái con las primeras cinco ofertas públicas
iniciales (OPI) después de 10 meses de suspensión no oficial, en los
que el regulador creó nuevas normas para acabar con los "precios
irracionales" en los parqués del país asiático.
El precio de las acciones de las cinco nuevas OPI subió en su
primer día de cotización una media del 112 por ciento respecto a su
precio inicial, aunque cayó por debajo de ese valor en los días
siguientes.
Una de las nuevas normas para acabar con las fluctuaciones del
mercado chino establece que la cotización de las empresas el día de
su debut debe suspenderse media hora si el precio aumenta o cae más
del 20 por ciento del valor inicial, y otra media hora si supera el
50 por ciento.
La medida se aplicó en las cinco OPI lanzadas hasta ahora, pero
en ninguno de los casos evitó que los precios se disparasen, por lo
que analistas e inversores se han mostrado partidarios de que la
Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV)
establezca límites a la cotización en las salidas a bolsa.
Esta barrera se uniría a la del 10 por ciento que ya existe para
las cotizaciones diarias, y complementaría al resto de las nuevas
normas establecidas, que incluyen, por ejemplo, un máximo en el
número de acciones que un inversor puede solicitar comprar en una
sola OPI.
La sobrevaloración del precio de las acciones en las OPI no es
nueva en Shanghái, donde, por ejemplo, Petrochina triplicó el valor
de sus acciones en su debut en noviembre del 2007.
En la mayor OPI del mundo lanzada en lo que va de año, la de la
Corporación Estatal de Ingeniería de la Construcción de China
(CSCEC), la mayor firma constructora del país asiático, las acciones
dispararon su precio un 90 por ciento tan solo una hora y media
después de comenzar a cotizar en la Bolsa de Shanghái.
Para las próximas OPI, los analistas no auguran cambios en la
tendencia, y esperan una revalorización del precio de referencia de
entre un 70 y un 100 por cien en la más esperada de todas, la de la
corredora estatal Everbright Securities.
Las buenas perspectivas del mercado han facilitado que muchos se
lancen a la aventura bursátil, a pesar del entorno económico
negativo, por lo que, sólo el mes pasado, se crearon dos millones de
nuevas cuentas en las bolsas de Shanghái y Shenzhen, el mayor número
desde febrero del 2008.
Las expectativas de los inversores están apoyadas sobre todo en
la recuperación del parqué chino, que ha ganado cerca de un 45 por
ciento en lo que va de año, después de perder casi el 70 por ciento
en el 2008.
También ayuda la confianza en las medidas impulsadas por el
Gobierno chino para hacer frente a la crisis económica mundial y el
espíritu aventurero de muchos inversores individuales convencidos de
que los malos tiempos han pasado y es el momento de hacerse rico,
muy común en las bolsas chinas.
Mientras los analistas piden más medidas para controlar uno de
los mercados más volátiles del mundo, Shanghái se prepara para
permitir el año que viene la salida a bolsa por primera vez de
empresas extranjeras.
Si los precios se dispararon el pasado 27 de julio un 202 por
ciento en la OPI de la Corporación de Autopistas de Sichuan, la
primera tras la suspensión, muchos se preguntan qué ocurrirá cuando
llegue al parqué chino el banco británico HSBC, que ya está en
proceso para preparar su salida a bolsa en China. EFE