París, 30 jul (EFE).- El crecimiento de la economía mexicana, a
cuyo estado de ralentización ha contribuido la gripe AH1N1, será
"claramente" negativo en todo 2009 y empujará el desempleo a niveles
similares a los del período 1994-1995, según la OCDE.
La coyuntura económica experimentará una "recuperación moderada"
en 2010 después del retroceso del sector real de la economía
mexicana ya experimentado, se afirma en el estudio sobre el país
publicado hoy por la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico.
La gripe AH1N1 ha tenido consecuencias ya en sectores como en la
restauración y en la demanda de las familias, que han incrementado
por ello sus gastos en salud, según dijo a EFE Sorsa Piritta, una de
los autores del informe y quien explicó que la OCDE contó en este
aspecto con los datos suministrados por las autoridades mexicanas.
Aunque en el informe se reconocen las medidas tomadas por el
Gobierno de México para mejorar la liquidez, bajar los tipos de
interés, intervenir en los mercados de cambios y aplicar medidas de
relanzamiento presupuestario, se advierte de que "todavía serían
posibles otras medidas".
El análisis de la OCDE es que "México ha quedado afectado
duramente por la recesión mundial" -aunque su sector bancario "ha
aguantado bastante bien"- y que la aparición de "choques
específicos", como la gripe AH1N1, han tenido consecuencias
negativas.
La inflación "debería ralentizarse y ser conforme al objetivo a
finales de 2010" y la demanda interna debería estabilizarse "con
índices trimestrales de crecimiento positivos a finales de 2009",
estima la OCDE.
Piritta precisó que la previsión de crecimiento económico para
2009 se mantiene en un 8% negativo, como la organización ya anunció
el pasado junio, mientras que en 2010 volverá a cifras positivas del
2,8%.
En cuanto al desempleo, la OCDE mantiene su previsión de que
alcanzará el 5,7% este año y aumentará hasta el 6,9% en 2010.
El informe advierte de que la economía mexicana ha progresado en
las últimas dos décadas con relación a otros países emergentes, pero
que debe esforzarse en mejorar la productividad para poder alcanzar
la convergencia con otros miembros de la OCDE con rentas elevadas.
Y ahí el organismo considera que a México le falta poner en
marcha "reformas estructurales propicias para el crecimiento", entre
las que menciona un reglamento menos estricto en el mercado de
productos y cita los sectores de la electricidad, el gas y el agua
como aquellos en los que destaca México por un marco más "estricto"
entre los países de la OCDE.
El informe dedica una especial atención al sector petrolero, de
cuyos ingresos se afirma que deben tener una influencia menor en la
economía y avisa de que el marco presupuestario debería quedar
ajustado de manera que se "preserven los gastos públicos de la
fuerte inestabilidad de las rentas petroleras".
Considera la OCDE que es "eficiente y justo" que la generación
actual de mexicanos emplee las rentas petroleras para financiar el
desarrollo económico y sostener y mejorar así el nivel de vida
presente y futuro.
Pero añade que la imposición de un techo "relativamente débil" a
los fondos de estabilización petrolera creados en el país, a pesar
de la reciente decisión de elevarlo, ha tenido como consecuencia que
las cantidades generadas hayan sido insuficientes, por lo que la
OCDE recomienda que se elimine ese límite "pura y simplemente".
Además, y ante la perspectiva de una reducción de la producción
de petróleo, el informe dice que las finanzas públicas deben
prepararse y, para ello, recomienda alinear "los precios de la
gasolina con los precios de referencia internacionales, instaurar un
impuesto sobre la energía y suprimir las subvenciones en favor de
otros productos energéticos".
Desde el punto de vista de la política monetaria, la OCDE
considera que las autoridades mexicanas la aligeraron "más tarde que
en los otros países" de la organización, "por temor a nuevas salidas
de capitales y nuevas presiones sobre el tipo de cambio".
"El deterioro de la actividad económica en México podría ser la
ocasión para reducir más los tipos directores para sostener la
demanda y mejorar la situación financiera, al tiempo que se vigila
la evolución de la inflación efectiva y la esperada", señala la
OCDE.
"Una bajada de tipos de interés no tendrá sin duda un efecto
directo muy marcado en el consumo y la inversión, pero podría tener
una influencia positiva en la confianza", advierte el informe. EFE