Paco G. Paz
Washington, 15 oct (EFE).- Los precios al consumo en EE.UU. se
comportaron de forma moderada en septiembre, con un alza mensual del
0,2 por ciento, que supone un alivio para los que temen que una
subida de tipos aborte la incipiente recuperación económica.
La reactivación económica en EE.UU. parece ser un hecho a tenor
de los indicadores publicados en las últimas semanas y que hacen
prever que en el tercer trimestre se abandonarán definitivamente los
números rojos y el país crecerá a una tasa anualizada del 3,6 por
ciento.
Hoy se supo además que el número de personas que solicitaron
subsidios de desempleo cayó a su menor nivel en Estados Unidos desde
la primera semana de enero, cuando se registraba lo más crudo de la
crisis.
En la semana que terminó el 11 de octubre, 514.000 trabajadores
solicitaron las ayudas, 10.000 menos que en la semana precedente.
Actualmente la tasa de desempleo se sitúa en el 9,8 por ciento,
la cifra más elevada desde mediados de 1983.
Los analistas recibieron de manera favorable hoy los últimos
datos del Índice de Precios al Consumo (IPC) de EE.UU., que subió en
septiembre un 0,2 por ciento con respecto al mes anterior, y que en
el último año ha caído en un 1,3 por ciento.
Los analistas habían pronosticado un incremento intermensual de
entre el 0,1 y el 0,2 por ciento.
En agosto, la inflación estadounidense se había elevado un 0,4
por ciento, impulsada por un incremento del 4,6 por ciento en el
coste de la energía.
Pero en septiembre la escalada de los combustibles se moderó con
una subida del 0,6 por ciento, al tiempo que los alimentos cayeron
un 0,1 por ciento, la sexta vez en ocho meses que su valor se
reduce.
La inflación subyacente, es decir el índice sin contar la energía
y los alimentos, que son muy volátiles, se situó en el 0,2 por
ciento en septiembre, tras subidas de una décima en los dos meses
anteriores.
El impulso moderado de la inflación en septiembre apunta a que la
recuperación económica que tiene lugar en el país no genera por
ahora presión importante sobre los precios, pese al extraordinario
nivel de liquidez inyectado en el sistema financiero por la Reserva
Federal.
El IPC es uno de los indicadores de interés para el banco central
a la hora de determinar las tasas interbancarias a corto plazo, que
ahora rondan el 0 por ciento.
En su reunión de finales de septiembre, los miembros del Comité
del Mercado Abierto de la Fed no mostraron ninguna disposición a
subir el precio del dinero por el momento, según se deduce de las
actas de la cita publicadas ayer.
En ellas, los gobernadores del banco central concordaron en que
la recuperación se verá frenada por la restricción del crédito y el
alto desempleo.
El hecho de que no haya presiones inflacionistas en EE.UU. da al
Gobierno un margen amplio para mantener los planes de estímulo
económico, ante la constancia de que el intenso gasto público no
está provocando un alza exagerada en los precios.
En algún momento, apuntan los expertos, el Gobierno de Barack
Obama deberá retirar el plan de estímulo fiscal y económico, pero
por el momento lo importante es no abortar el incipiente crecimiento
de la economía y la posible creación de empleo.
La contención de los precios ha tenido una consecuencia negativa
para los pensionistas y otros beneficiarios de prestaciones de la
Seguridad Social.
El índice que se toma para calcular la revalorización de sus
prestaciones ha caído en el último año un 2,1 por ciento, lo que
implica que no habrá una subida en sus pensiones en el 2010.
El Gobierno estima que la inflación se mantendrá tan baja el
próximo año que tampoco habrá una revisión al alza de las
prestaciones públicas en el 2011.
El pasado miércoles, el presidente Obama propuso que los
beneficiaros de las prestaciones de la Seguridad Social reciban el
próximo año un cheque de 250 dólares, similar al que obtuvieron este
año gracias al plan de estímulo económico. EFE