Pekín, 17 jun (EFE).- La ola de huelgas en fábricas chinas de
autopartes, que obligó a la marca japonesa Honda a suspender en dos
ocasiones su producción en el gigante asiático, se extiende ahora a
su rival Toyota, que también ha sufrido esta semana el paro de una
de sus ramas en China, informaron hoy fuentes de esta firma nipona.
La nueva huelga, cuarta de este tipo en el sector automotriz
chino, se ha producido en una fábrica de la firma Toyoda Gosei en la
ciudad de Tianjin (norte del país), suministradora de componentes
para puertas de automóviles compactos de Toyota, y donde trabajan
unos 800 empleados.
No obstante, según un portavoz de la firma japonesa en China, el
paro sólo duro un día, el pasado martes, y los trabajadores
regresaron a la producción hoy, jueves (ayer fue festivo nacional),
después de que se acordara con los jefes de la empresa futuras
reuniones para analizar posibles subidas salariales.
La huelga en Toyota, unida a otras tres en suministradoras de
Honda y la ola de suicidios en las fábricas chinas de componentes
tecnológicos de la taiwanesa Foxconn, muestran según los analistas
un creciente descontento de la mano de obra de la "fábrica del
mundo" china.
Especialmente entre las jóvenes generaciones de trabajadores
chinos, que se están incorporando al mercado laboral del gigante
asiático.
Este creciente descontento preocupa al Gobierno chino, que teme
acabe afectando a la estabilidad social y el desarrollo de la
tercera economía mundial.
Muestra de esa preocupación fueron las recientes palabras del
primer ministro chino, Wen Jiabao, quien en una visita a obreros
inmigrantes de Pekín esta semana pidió mejor trato de la sociedad y
mayor atención a los trabajadores de las ciudades chinas.
El jefe de Gobierno pidió "mejorar las condiciones de vida en las
ciudades para emigrantes que dejaron sus pueblos y están
contribuyendo de forma importante a la urbanización del país",
asegurando que la sociedad "debe tratar a los jóvenes trabajadores
emigrantes como si fueran sus propios hijos".
Durante décadas China ha usado mano de obra barata y sometida a
duras condiciones de trabajo para alimentar la locomotora económica
china, pero huelgas y suicidios, según los sociólogos, muestran que
las nuevas generaciones chinas no están dispuestas a aceptar los
mismos sueldos y horarios que sus antecesores.
Por otro lado, los problemas en Foxconn y Honda se han intentado
paliar con importantes subidas de sueldo a los empleados, por lo que
los analistas opinan que una extensión de este descontento de los
trabajadores podría desembocar en un aumento generalizado de los
precios en los productos que China exporta a todo el planeta. EFE