París, 16 sep (EFE).- La recuperación económica que se espera en
la mayor parte de los países de la OCDE en 2010 no permitirá acabar
con la destrucción de empleo durante ese año, cuando se llegará a
niveles récord desde la Segunda Guerra Mundial, con 57 millones de
desempleados.
"La crisis económica y financiera se ha convertido en una crisis
de empleo" porque aunque "vemos una recuperación económica, no por
el lado del empleo", sintetizó Ángel Gurría, secretario general de
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)
al presentar su informe anual "Perspectivas del Empleo".
Desde el comienzo de la crisis en 2007 y hasta el pasado mes de
junio, en los 30 estados miembros habían pasado a engrosar las filas
del paro 14,936 millones de personas suplementarias y a finales de
2010 -límite del periodo de previsión del estudio- serán 25,487
millones.
Los países en los que el incremento de desempleados por la crisis
va a ser mayor en términos absolutos serán Estados Unidos (8,698
millones de personas más), España (2,706 millones), Alemania (1,833
millones), Reino Unido (1,388 millones), Japón (1,239 millones),
Italia (1,124 millones) y Francia (1,019 millones).
La tasa de paro en la OCDE, que desde el mínimo histórico del
5,6% en diciembre de 2007 ha pasado al 8,3% en junio pasado,
continuará en aumento en 2010 hasta el 9,9% (con 57 millones de
desempleados), con picos en España (19,8%) e Irlanda (15,1%).
Los grupos más afectados por el tirón del desempleo son los
jóvenes, los inmigrantes y los trabajadores con contratos
temporales.
En el caso de los jóvenes, la tasa de paro del 17% en el conocido
como el "Club de los países desarrollados" (en alguno de sus
componentes buscan trabajo un tercio), dobla la del conjunto de la
población.
España sirve de ejemplo para mostrar los problemas actuales de
los inmigrantes, ya que padecían en el segundo trimestre de 2009 una
tasa de paro del 28%, el doble del conjunto de la población activa.
Gurría insistió en que la prioridad ahora es evitar nuevas
pérdidas de puestos de trabajo, algo a lo que reconoció que han
contribuido los paquetes fiscales contra la crisis.
En concreto, los autores del estudio han calculado que de no
haber existido esos planes, el paro sería el año próximo entre ocho
décimas y 1,4 puntos superior, según los países.
"A corto plazo, estos estímulos tienen un efecto positivo",
señaló el secretario general, que a continuación puntualizó que
"deben ser temporales y selectivos", ya que su diseño inicial en
ciertos países no los centraba lo suficiente en la creación de
empleo.
En cuanto al momento en que los gobiernos deben ponerles fin,
subrayó que "todavía no": "el secreto es cómo pasar de la
recuperación provocada por la inversión pública a un crecimiento que
se puede aguantar por sí sola".
Añadió que, en cualquier caso, lo que sí se puede preparar ya y
anunciarlo es la política de salida y "cómo hacer la consolidación
fiscal más tarde".
La OCDE indica en el estudio que para evitar que el desempleo que
se está generando se enquiste y pase a ser estructural hay que
privilegiar las políticas activas de empleo centradas en la
formación, sobre todo para las personas muy expuestas al riesgo de
un paro de larga duración.
En cuanto a las ayudas públicas, considera que deben dirigirse a
empresas y sectores donde el descenso de la actividad sea sólo
pasajero.
El secretario general puso el acento en que un 37% de las
familias con parados se consideran pobres -un porcentaje que llega a
ser del 50% en España- para ilustrar los problemas sociales que está
acarreando la crisis del empleo.
Por eso, la OCDE apuesta por reforzar los dispositivos de
protección social para los que carecen de trabajo. EFE
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