Bruselas, 16 feb (EFE).- Los socios europeos siguen aumentando la
presión sobre el gobierno griego para que reduzca drásticamente su
abultado déficit presupuestario, sin ofrecer a cambio ningún detalle
sobre los instrumentos que utilizarían para acudir en su rescate si
fuera necesario.
Los ministros de Economía y Finanzas de la UE han tomado en
Bruselas una serie de decisiones que imponen a Grecia un exigente
calendario para el ajuste, y le han instado a emprender de forma
inmediata amplias reformas estructurales.
Por lo que respecta a eventuales ayudas financieras, los
Veintisiete han preferido atenerse a la letra de la declaración
acordada el pasado jueves por los líderes europeos, según ha
destacado la ministra española de Economía, Elena Salgado, que ha
presidido la reunión del Consejo Ecofin.
En la cumbre de la semana pasada, los gobernantes de la UE se
comprometieron a tomar "medidas determinadas y coordinadas" para
preservar la estabilidad de la zona euro, en caso de que las
dificultades de financiación de Grecia se agravaran y la
inestabilidad se contagiara.
Desde entonces, los responsables europeos mantienen el silencio
más total sobre qué medidas arbitrarían.
Las reglas de la unión monetaria prohíben a la Comisión y al
Banco Central Europeo financiar el endeudamiento de un miembro de la
zona, y no está claro si un mecanismo de ayudas bilaterales directas
sería compatible con el tratado.
Alemania, principal potencia económica europea, se mantiene firme
en su rechazo del argumento griego según el cual si se anunciara ya
un plan concreto de rescate los mercados aliviarían la presión sobre
sus bonos.
"El problema de Grecia es sobre todo un problema griego, un
problema interno griego", dejó claro anoche el presidente del
Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, tras una reunión de
los ministros de la zona en la que se fijaron la líneas de lo
aprobado hoy por los Veintisiete.
Juncker lanzó, no obstante, un claro envite a los especuladores:
"Los mercados se equivocan si creen que pueden poner a Grecia de
rodillas".
Entre el pasado jueves y hoy, el gobierno de George Papandreu,
que afronta en casa una oleada de protestas y huelgas, ha tenido que
ceder en otro punto ante sus socios.
Además de las medidas incluidas en el plan actualizado de
estabilidad 2010-13, negociado a mediados de enero con Bruselas,
Atenas deberá tener preparadas para el 16 de marzo próximo "medidas
adicionales", en caso de que la corrección del déficit no avance al
ritmo adecuado.
Entre esas medidas, los europeos ya han señalado la más que
probable subida del IVA y tal vez una congelación o recorte de los
salarios del sector público.
El presupuesto griego queda a partir de hoy bajo la vigilancia
estrecha de las autoridades comunitarias.
Según ha anunciado el nuevo comisario de Asuntos Económicos y
Monetarios, Olli Rehn, una comitiva de expertos de la Comisión
Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional
viajará en cuestión de un par de días a Atenas.
Bajo la presión de Bruselas, el gobierno griego se ha
comprometido a reducir el déficit público en 2010 del 12,75% actual
al 8,7% del PIB, lo que representa un recorte inusitado de cuatro
puntos porcentuales.
Además, de acuerdo con el programa de estabilidad avalado hoy por
el Consejo Ecofin, el déficit deberá situarse de nuevo en 2012 bajo
el umbral del 3% del PIB, como obligan las reglas del euro.
El comisario ha confirmado además la apertura de un procedimiento
de infracción contra Grecia por haber manipulado sus estadísticas
relativas al estado de las finanzas públicas.
Igualmente, la oficina de estadística comunitaria, Eurostat, ha
solicitado a los responsables griegos información sobre las
operaciones con divisas y productos derivados que, según ha
trascendido, podrían haber ayudado en el pasado al Tesoro griego a
camuflar las verdaderas cifras de deuda.
El asunto, según Rehn, "debe ser investigado en profundidad", a
fin de comprobar que todas las reglas de la unión económica y
monetaria han sido respetadas.
Preguntada en la rueda de prensa final del Ecofin por el caso de
España, la ministra Salgado ha asegurado que el Gobierno español no
ha recurrido a ninguna operación con productos derivados, ni ha
recibido ninguna oferta, como las que se sospecha que pudo haber
aceptado Grecia.
"Si se hubiera recibido, no habría sido aceptada", ha dicho la
ministra. EFE
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