Rosa Jiménez
Estocolmo, 6 oct (EFE).- La Unión Europea (UE) y Brasil se
comprometieron hoy a promover una lucha contra el cambio climático
coherente con la responsabilidad de cada país por sus emisiones de
CO2, aunque no fijaron plazos ni porcentajes conjuntos.
En una declaración al término de su tercera cumbre bilateral,
celebrada en Estocolmo, las dos partes señalan que la máxima
prioridad es la de encauzar los compromisos globales de cara a la
conferencia de la ONU sobre el clima que se celebrará en Copenhague
en diciembre.
Sin proponer cifras ni fechas concretas para la reducción de
emisiones, lo que sí subrayaron es que la temperatura media global
no debería sobrepasar 2 grados respecto al nivel preindustrial, para
lo que proponen compromisos vinculantes para los países
desarrollados, así como acciones de mitigación de los efectos del
calentamiento global "apropiadas" para los países en desarrollo.
En concreto, Lula se refirió, en una rueda de prensa al término
de la reunión, a la posibilidad de que cada país informe en
Copenhague de sus emisiones contaminantes y de lo que está dispuesto
a dejar de contaminar en un plazo concreto, "desde Guinea-Bissau a
EEUU".
En su declaración, la UE y Brasil proponen que se fije "lo antes
posible" el momento límite para que las emisiones globales y
nacionales de dióxido de carbono (CO2) empiecen a bajar, y reconocen
que el plazo para los países en desarrollo sea más largo, ya que su
prioridad es "el desarrollo socio-económico y la erradicación de la
pobreza".
De la versión final del texto han desaparecido fechas y cifras
que se manejaban en los borradores, que fijaban ese "límite" en
2020, o que incluso llegaban a sugerir rebajar las emisiones
globales para 2050 un 50 por ciento respecto a los niveles de 1990.
El primer ministro sueco y presidente de turno del Consejo
Europeo, Fredrik Reinfeldt, admitió que hay "mucha preocupación por
que no estemos haciendo suficientes esfuerzos" de cara a Copenhague.
No obstante, reconoció la labor de Brasil para combatir el
calentamiento global a través de su Plan Nacional y elogió la
eficacia de su programa para reducir la deforestación de la
Amazonía, considerado un "ejemplo" para otros países en desarrollo
por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso.
"Brasil no puede asumir la deforestación cero, siembre va a haber
alguien que corte un árbol, pero lo que Brasil está intentando hacer
es una revolucionaria y muy fuerte política" en las selvas
amazónicas, resumió Lula, una estrategia que en 2009 ha generado la
tasa más baja de deforestación en veinte años, agregó.
Las dos partes también reafirmaron su compromiso político de
promover el uso de energías renovables, incluida la producción y
empleo de bio-combustibles sostenibles, y subrayaron la importancia
del cultivo "agro-ecológico" de caña de azúcar en Brasil para este
propósito.
En opinión de Lula, ese tipo de cultivos "no amenaza" la
seguridad alimentaria ni la preservación de los bosques amazónicos,
y la UE y Brasil ya han decidido impulsar su desarrollo juntos y con
terceras partes como África, donde tienen planes de implantar una
iniciativa conjunta para la producción sostenible de "bioenergía".
Entre los proyectos que quieren desarrollar en otros países
destacan aquellos centrados en las áreas de la salud, energía,
agricultura o educación, en especial en estados de habla portuguesa.
La tercera cumbre que celebran la UE y Brasil sirvió igualmente
para dar continuidad a las decisiones tomadas por el G-20 en su
última reunión de Pittsburgh (EEUU), y para ratificar su voluntad de
concluir la ronda de Doha para la liberalización comercial en 2010,
aunque advierten del "riesgo" de ese objetivo teniendo en cuenta la
ausencia de progresos recientes en la negociación.
Durante la reunión, ambas partes también condenaron la "violación
del orden constitucional en Honduras", y pidieron al Gobierno de
facto que respete la "inviolabilidad" de la embajada brasileña en
Tegucigalpa, donde el presidente derrocado, Manuel Zelaya, se
encuentra "hospedado", que no "refugiado", según palabras de Lula.
Asimismo, solicitaron a Irán un diálogo "constructivo" sobre su
programa nuclear, y debatieron la situación en Oriente Medio.
Tras la cumbre, la delegación brasileña firmó varios acuerdos
bilaterales con Suecia y, además, Lula y Barroso participaron en un
foro con los empresarios de ese país. EFE
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