Jairo Mejía
Tokio, 31 mar (EFE).- Las grandes multinacionales japonesas abren
mañana, 1 de abril, un año fiscal 2010 en el que confían ampliar sus
ganancias, gracias al aumento de las exportaciones y sus planes de
recorte todavía en marcha.
Los directivos de las primeras empresas de Japón cada vez están
más seguros de que lo peor de la crisis mundial ha pasado y que este
nuevo ejercicio contribuirá a mejorar lo que para muchos ha sido uno
de los dos peores períodos de su historia.
A pesar de concluir dos años nefastos, algunos grandes de la
industria nipona confían en terminar este ejercicio fiscal con unos
beneficios que hace unos meses no se atrevían a pronosticar, pues
todavía coleaba el desplome de Lehman Brothers en septiembre de
2008.
Por el camino han quedado gigantes como la aerolínea Japan
Airlines (JAL), que se declaró en enero en bancarrota para
reestructurarse y mermar su tamaño, mientras símbolos como Toyota o
Sony se resignaron a perder terreno ante competidores como los
surcoreanos Hyundai y Samsung.
No obstante, la recuperación registrada en el último medio año,
empujada por la mejora del consumo procedente sobre todo de la
vecina China, ha permitido que los doce meses que quedan por delante
permitan un mayor optimismo, el cual se ha trasladado a una Bolsa de
Tokio que promete seguir en senda ascendente.
Principalmente, la recuperación de las exportaciones a países
como China y otros mercados con mejor salud como el estadounidense
han llevado a las multinacionales a dejar de pensar en los rojos y
en la fastidiosa fortaleza del yen, aunque sin olvidar sus planes de
recorte de contratación y primas.
Gracias a la mejora de la situación global, el primer fabricante
mundial de automóviles, Toyota, ha pasado de prever una pérdida neta
de 200.000 millones de yenes (1.605 millones de euros) para el
ejercicio que finaliza hoy a un beneficio de 80.000 millones de
yenes (642 millones de euros).
Sony, otro de los gigantes más perjudicados, mejoró recientemente
un 26 por ciento sus previsiones de pérdida neta hasta los 70.000
millones de yenes (561 millones de euros), a la espera de que las
ventas de electrónica se recuperen con la presentación de novedades
y gracias al apetito consumista chino.
Los analistas creen que a final de abril, cuando se presenten las
cuentas del año fiscal que hoy termina, la mayoría de las compañías
adjuntarán unas previsiones de futuro aún más halagüeñas, sobre todo
en los vitales sectores de automoción, electrónica y finanzas.
No obstante, muchas empresas deben parte de su mejora a sus
planes de reestructuración que han provocado despidos, cierres de
plantas, cambios en la cúpula directiva y, en definitiva, crisis
internas a las que aún no han puesto punto final.
Un ejemplo es el mastodóntico fabricante de maquinaria Hitachi,
que pese a la mejora sigue inmerso en una crisis que ha costado el
puesto a su presidente.
Para este ejercicio, Hitachi espera una pérdida neta de 210.000
millones de yenes (1.685 millones de euros), casi cuatro veces
menores a las del año fiscal anterior.
Los analistas siguen preocupados por algunos datos económicos que
contradicen al Gobierno, que con planes de estímulo y un presupuesto
récord para este nuevo ejercicio pretendía cambiar el modelo de
crecimiento exportador a uno más basado en la demanda interna.
Según los últimos datos de febrero, los sueldos de los japoneses
encadenaron el vigésimo primer mes de caída, el período más largo en
siete años, mientras el consumo de los hogares se volvió a contraer,
lo que no invita a pensar que los beneficios empresariales lleguen
aún a las familias niponas.
Asimismo, las primas empresariales han caído en invierno un
récord del 9,3 por ciento, el nivel más bajo desde 1990, aunque se
espera que durante este año fiscal 2010 se recuperen.
Las empresas siguen siendo reticentes a aumentar la contratación
de nuevos trabajadores, aunque algunos afortunados comenzarán mañana
en sus nuevos empleos con ceremonias que han perdido la
trascendencia de años atrás, cuando significaban un vínculo
vitalicio con la compañía. EFE