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Las mujeres y los jóvenes chinos lideran el consumo interno

Publicado 11.08.2010, 13:44
Actualizado 11.08.2010, 14:07

Marga Zambrana

Pekín, 11 ago (EFE).- Los ancianos cumplen con el estereotipo del chino ahorrativo y sacrificado, pero no así la actual generación del hijo único, las mujeres y los campesinos, quienes lideran el auge del consumo interno que registra China.

Así lo explica Shaun Rein, director de la consultora China Market Research (CMR), una de las más solventes en inteligencia estratégica empresarial en la República Popular.

En un encuentro con periodistas en Pekín, Rein derribó uno a uno varios falsos mitos sobre consumo en el país asiático basándose en 10.000 entrevistas llevadas a cabo en 15 ciudades por CMR.

"El mito número uno es que China es un país ahorrador y que los ahorros suponen hasta un 40 por ciento de los ingresos familiares", explicó el economista, máster por la Universidad de Harvard y columnista habitual en los medios financieros estadounidenses.

Los mayores de 60 años son los más ahorrativos, con índices de hasta el 60 por ciento de sus ingresos, debido a que traumas históricos como la hambruna del Gran Salto Adelante o las persecuciones de la Revolución Cultural les impide gastar.

"Incluso si tuvieran servicios sociales y médicos gratuitos, como recomienda el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional para elevar el consumo chino, seguirían ahorrando".

Sin embargo, "entrevistamos a 5.000 menores de 32 años en toda China: su porcentaje de ahorro es cero", son capaces de endeudarse para comprar lujo, motivo por el que las tarjetas de crédito se han disparado desde los 13,5 millones hasta los 200 millones en 5 años.

"Los jóvenes chinos son increíblemente optimistas", explica Rein al referirse a secretarias que apenas ganan unos pocos cientos de dólares al mes y se los gastan en comprar bolsos Gucci; pero también increíblemente ambiciosos, ya que esperan subidas salariales de un 50 por ciento anual y creen que en el futuro serán ricos.

El consultor explicó que otra falsa creencia sobre China es que los salarios no suben, como reflejan estadísticas oficiales que no tienen en cuenta la economía sumergida ni las empresas que declaran sólo la mitad del salario de sus empleados para evitar impuestos y pagos a la seguridad social.

El ámbito de los negocios no declarados se calcula, según las fuentes, entre un 20 y un 50 por ciento del PIB, porcentaje que Rein califica de "muy conservador" y que él sitúa en un 70 por ciento: "En China nadie paga impuestos, por eso el consumo está creciendo".

Otro falso mito sobre China es que las exportaciones representan hasta un 40 por ciento del PIB, dato que según Rein era cierto hace diez años, pero que en la actualidad se ha reducido hasta un 20 por ciento, mientras que el consumo interno ha aumentado hasta el 40 por ciento y en un lustro será del 50 por ciento.

¿Por qué no aparecen estos datos en las estadísticas oficiales? "Porque los ricos compran en el extranjero, no en China", asegura el economista, que por este motivo recomienda a las empresas de lujo que se instalen en ciudades de "segunda" en las que los ricos no viajan, como Harbin o Shenyang, y no en Pekín o Shanghái.

Rein señala también otro cambio demográfico de envergadura: las mujeres chinas empiezan a ganar más que sus maridos y son ellas quienes toman la decisión sobre consumo: su prioridad en el reino de los envenenamientos masivos es la seguridad alimentaria.

Esto favorece a las marcas extranjeras de calidad, que vieron incrementadas sus ventas en China después de escándalos como el de la leche adulterada con melamina en 2008, que dejó seis bebés muertos y otros 300.000 con disfunciones renales.

En cuanto a las zonas rurales, el gasto en electrodomésticos básicos gracias a la subvención gubernamental se está disparando, pero también en otros no subvencionados, como los televisores de pantalla plana. EFE

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