Bruselas, 6 dic (EFE).- Las previsiones de la Comisión Europea
para España, que calculan una salida de la recesión más tardía que
en otros países y una evolución económica más débil, serían
distintas si este país acometiese una reforma laboral.
Una reforma que, además, debería incidir sobre los problemas que
más afectan al mercado de trabajo español: su excesiva segmentación
y la baja ocupación de jóvenes y mujeres.
Así lo reconocieron fuentes comunitarias en un seminario
celebrado esta semana en Bruselas sobre los retos económicos de la
próxima Presidencia española de la UE.
Según las mismas fuentes, en la Comisión ya no hay duda de que se
ha iniciado la recuperación, aunque no se puede descartar que haya
recaídas en la evolución del PIB de los estados miembros cuando se
retiren las medidas de estímulo.
Pese a todo, no se ven sólo riesgos a la baja, porque hay datos
recientes, como la menor subida del desempleo conocida esta semana,
que invitan al optimismo.
Aunque se ha iniciado la salida de la crisis, ésta ha dejados dos
importantes lastres para los estados europeos: la deuda y el
desempleo.
En España, el mayor problema es el paro, y desde Bruselas se cree
que las previsiones económicas serían otras para este país si
tuviesen en cuenta una eventual reforma laboral, a la que el
Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero estaría ahora dispuesto.
En cualquier caso, las citadas fuentes recuerdan que la Comisión
no debe decir cómo debe ser esa reforma en España, donde el mayor
desempleo que hay que absorber es el de la construcción, un sector
que debe además ajustar su producción hasta las 400.000 o 450.000
viviendas al año.
Pese a los problemas que afectan a España, las preocupaciones de
la Comisión se dirigen más a otro país, Grecia.
El malestar es claro con Grecia, que con el cambio de Gobierno
revisó sus previsiones de déficit para este año y las elevó del 3,5%
del PIB que calculaba la anterior administración, conservadora, al
12% que prevé ahora el Gobierno socialista.
Por eso se está trabajando con las autoridades griegas para que
tomen medidas urgentes y cambien su política económica para
reconducir sus cuentas.
España afronta la Presidencia de la UE en un momento crucial para
la economía, y entre sus objetivos deberá estar el de poner de
acuerdo a los estados miembros sobre los objetivos y los
instrumentos que han de utilizarse para resolver el elevado déficit
y su consecuencia no menos grave, el aumento de la deuda pública.
Además, la Presidencia se produce en un periodo de numerosos
cambios con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, con la que
Bruselas asume un mayor poder para influir en las políticas
económicas.
Y es que la Comisión no dará ya sólo opiniones, sino que hará
recomendaciones y propuestas en esta materia que los estados
miembros se verán obligados a analizar en el seno del Ecofin, el
Consejo de Ministros de Finanzas de la UE, que tendrá que
pronunciarse al respecto.
Según las fuentes citadas, España tiene bien preparados los
objetivos y cuestiones a tratar en las reuniones que celebrará el
Ecofin en el primer semestre, una de las cuales tendrá lugar en
Madrid en abril.
Otro de los cambios que trae el Tratado de Lisboa es el del mayor
reconocimiento del Eurogrupo -que forman los ministros de Finanzas
de la zona del euro- del que también se espera que profundice en la
política económica y en la estrategia internacional de los países de
la moneda única.
Para el conjunto de la Unión, se espera que la nueva organización
institucional acabe con el problema que ha habido sobre la
representación de la UE en los foros económicos internacionales.
Así, según las citadas fuentes, Europa debe contar ahora con una
representación más coherente que la que ha tenido hasta ahora en
foros como el G20.
En este primer semestre de Presidencia española habrá además otra
decisión que tomar, la de la entrada de más países en el euro, y
sólo uno, Estonia, se perfila como nuevo miembro de la zona del
euro, para lo que cuenta con claras posibilidades, según las mismas
fuentes. EFE