Bruselas, 11 feb (EFE).- Los líderes directamente involucrados en
la búsqueda de una solución a los problemas presupuestarios de
Grecia se encuentran ya en la sede del Consejo Europeo, donde tienen
lugar encuentros bilaterales antes del comienzo de la cumbre.
La canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés,
Nicolas Sarkozy; y el primer ministro griego, George Papandreu, se
encuentran en el edificio Justus Lipsius.
Paralelamente, en la misma sede, se han reunido en un desayuno de
trabajo el presidente permanente del Consejo Europeo, el belga
Herman Van Rompuy; los presidentes del Gobierno español, José Luis
Rodríguez Zapatero; del Eurogrupo, Jean Claude Juncker; del Banco
Central Europeo, Jean Claude Trichet; y de la Comisión, José Manuel
Durão Barroso.
Portavoces y diplomáticos mantienen la máxima reserva sobre todas
las reuniones.
"Se ha impuesto silencio informativo", ha dicho a Efe un portavoz
griego.
La reunión informal de los Veintisiete, que comenzará con dos
horas de retraso sobre el horario previsto, no tiene lugar en el
Justus Lipsius, escenario de los encuentros de esta mañana, sino en
la Biblioteca Solvay, a varios centenares de metros.
En un fugaz comentario a los medios a su llegada al desayuno de
trabajo, Zapatero confió en que "salga algo positivo" hoy de la
cumbre en relación con el problema griego.
El objetivo de este Consejo Europeo informal es examinar la
situación económica que atraviesa la Unión y diseñar la estrategia
económica de futuro.
Los mercados esperan, sin embargo, un mensaje claro de los
líderes europeos sobre la delicada situación presupuestaria en
Grecia, cuyas dificultades de financiación han debilitado a la
moneda única y están desestabilizando a toda la zona del euro.
Desde Berlín y París se han enviado señales en las últimas horas
de que los socios europeos no van a dejar que la situación empeore y
estudian vías de ayuda, pero ninguna fuente se atreve a asegurar que
el Consejo anuncie un auténtico plan de rescate.
A las dificultades legales y técnicas derivadas del hecho de que
las reglas de la unión monetaria no prevén soluciones claras para la
quiebra de un Estado miembro se añaden las divergencias de enfoque
entre los gobiernos europeos.
En la cumbre de hoy participan los veintisiete miembros de la
Unión Europea, pero sólo dieciséis comparten la moneda única.
Gobiernos como el británico o el sueco son partidarios de confiar
al Fondo Monetario Internacional (FMI) la asistencia financiera a
Grecia, mientras que los miembros de la zona del euro tratan de
preservar el prestigio y la independencia del euro.
El presidente del Ejecutivo español compartió anoche una cena de
trabajo en la capital belga con los líderes socialistas europeos con
un mensaje claro: "Hay que apoyar a Grecia, y lo van a hacer Europa
y el Eurogrupo".
Tras ese encuentro, el presidente del Partido Socialista Europeo,
el ex primer ministro danés Poul Nyrup Rasmussen, pidió una
respuesta "en bloque de la zona euro" para Grecia para evitar
"nuevas presiones y especulaciones" por parte de los mercados
financieros.
Sin citar la posibilidad de que Francia y Alemania lancen un plan
de rescate, insistió en la necesidad de una respuesta común: "Si
limitamos la respuesta a soluciones bilaterales, existe el riesgo de
abrir la caja de más especulaciones de los mercados financieros".
EFE