Londres, 15 sep (EFE).- El Gobierno laborista de Gordon Brown
está preparando una nueva legislación por la que obligará a los
bancos británicos a redactar una especie de "testamento vital" que
facilite su disolución en una hipotética nueva crisis.
Así lo confirmó el ministro de Economía, Alistair Darling, en una
entrevista publicada hoy por el diario "Financial Times", en la que
precisa que esta propuesta, que ha desatado las críticas en el
sector, podría estar lista para el próximo otoño.
Según el canciller del Exchequer, la nueva ley establecerá un
estricto calendario para que los bancos simplifiquen sus estructuras
y elaboren un plan de disolución, que se ejecutaría en caso de que
la entidad se declarase en quiebra.
"Me preocupa que la estructura de una organización gire más en
torno al ahorro de impuestos que a razones de eficiencia", apuntó
Darling en referencia al sistema bancario actual.
A principios de mes también mostró esa misma inquietud el
responsable de la Autoridad de Servicios Financieros (FSA, siglas en
inglés), Adair Turner, que abogó entonces por la creación de estos
singulares "testamentos".
"En el pasado, las autoridades de todo el mundo han tolerado la
proliferación de complejas estructuras legales para evitar
impuestos, pero ahora es necesario volver a la claridad
estructural", consideró entonces el responsable de la supervisión
británica.
La iniciativa no ha sido bien recibida por el sector, que se
escuda en la complejidad que entraña transformar las bases legales y
organizativas de entidades con una larga historia a sus espaldas.
Además, tal y como ha afirmado el consejero delegado del banco
Standard Chartered, Peter Sands, la creación de testamentos vitales
podría incrementar el riesgo de las entidades en el mercado, ya que
"las circunstancias que deben darse para el desplome de la compañía
quedarían a vista de todos". EFE