Javier Sauras.
Shanghai (China), 30 jul (EFE).- La crisis financiera está
llevando a algunos inversores a olvidarse de las bolsas y acercarse
a valores más seguros, como el oro, y en China, donde este negocio
mueve más de 4.000 toneladas de metal al año, mucha gente está
comenzando a negociar con los comerciantes ilegales.
Los "anjin" (los especuladores del mercado negro del oro) ofrecen
a los chinos una forma mucho más fácil de acceder a la compra y
venta del metal precioso que si tuvieran que hacerlo a través de los
cauces oficiales, y también la posibilidad de obtener un beneficio
de escándalo a costa de un mayor riesgo.
"En el Mercado de Oro de Shanghai -la única plataforma oficial en
el gigante asiático para comerciar con este valor- el límite de
beneficio o pérdida es diez veces la cantidad invertida, pero con
los 'anjin' se pueden ampliar mucho más el límite y los beneficios",
señaló a Efe el portavoz de esta institución, Tong Tang.
Tong afirma no conocer a fondo los casos ilegales, pero cree que
si estos comerciantes tienen éxito es "porque la gente no conoce el
negocio del oro, no sabe que existe una plataforma en Shanghai e
ignora cómo se accede a los canales legales".
Los "anjin" operan en China bajo una apariencia legal, y aseguran
que aunque no comercien con el mercado de Shanghai sí que lo hacen
con el de Londres o el de Hong Kong, y se comportan más como la
banca de un casino, cubriendo sus pérdidas con las nuevas
inversiones, que como los broker, moviendo mucho capital.
Sin embargo, para conseguir clientes, prometen a todo aquel que
esté dispuesto a poner dinero en sus manos grandes beneficios a un
coste muy bajo.
China es el segundo mayor consumidor de oro del mundo, por detrás
de la India, y el mayor productor, ya que en 2008 extrajo 282
toneladas de este metal.
Los datos de la Asociación China del Oro indican que el volumen
comercial en el Mercado del Oro de Shanghai alcanzó los 868.390
millones de yuanes (127.109 millones de dólares EEUU; 90.418
millones de euros), un incremento del 174,84 por ciento con respecto
a 2007.
Además, según apunta Tong, desde que en 2002 apareció la
posibilidad de que todos los habitantes de China pudieran comerciar
con oro, se han abierto 600.000 cuentas bancarias destinadas a este
uso.
Tong explica que el único requisito para poder entrar en el
Mercado del Oro de Shanghai es tener una cuenta en el banco con
20.000 yuanes (2.082 euros, 2.927 dólares), pero el diario "China
Daily" señala que también es necesario un permiso de la Comisión
Reguladora de Valores.
El volumen de negocio del Mercado del Oro de Shanghai aumentó un
146 por ciento en 2008 respecto al año anterior y durante este
ejercicio se comerciaron 4.473 toneladas de metal.
Pero la fiebre del oro no afecta sólo a los ciudadanos: el Banco
de China incrementó sus reservas un 75,73 por ciento desde 2003 y
algunos analistas creen que el Gobierno del gigante asiático
continuará con esta táctica hasta que su moneda, el yuan, se utilice
internacionalmente.
La onza de oro cotizaba ayer a 927,40 dólares y se teme que, si
la situación económica no da claros síntomas de mejoría, en los
próximos meses se pueda superar el máximo de 1.005,40 dólares
alcanzado los últimos meses. EFE