Londres, 1 mar (EFE).- Los inversores parecen desconfiar ya de la
calificación de triple A para la deuda pública soberana del Reino
Unido, informa hoy el diario Financial Times.
Desde finales de noviembre, señala el periódico, ha aumentado de
0,35 a 0,90 puntos la diferencia entre los intereses que deben pagar
Gran Bretaña y Alemania a quienes han invertido en sus títulos de la
deuda con vencimiento a diez años.
Los intereses que debe pagar el Reino Unido a los titulares de
sus "gilts" están por encima de los que paga Italia por primera vez
desde mediados del año 2008.
El Reino Unido tiene que pagar mucho más por el dinero que
consigue en los mercados de capitales que otros países que tienen
también la máxima calificación crediticia - AAA- como Alemania,
Francia o Estados Unidos.
Los intereses que debe abonar Gran Bretaña a quienes invierten en
su deuda pública son sólo algo inferiores a los de Portugal, la
economía más débil de la zona del euro después de la griega.
El ministerio de Economía insiste en que no se va a bajar, sin
embargo, la calificación crediticia del país cuando hay unas
elecciones generales previstas para dentro de un par de meses.
Sin embargo, es bien sabido que los movimientos del mercado
preceden muchas veces a una eventual rebaja de calificación por las
agencias especializadas.
Si bien Standard & Poor's, Fitch y Moody's han indicado que no
tienen prisa para recalificar a la baja la deuda soberana británica,
las tres agencias han dejado claro que el Reino Unido tiene que
tomar medidas urgentes para evitar esa posibilidad.
Según el periódico, hay varias razones por las que Gran Bretaña
ha logrado mantener hasta ahora su máxima calificación crediticia
pese a la desconfianza de los mercados.
La principal es que la deuda pública soberana de este país tiene
un vencimiento mucho más largo que la de otros países.
Así, por ejemplo, Alemania tiene que refinanciar anualmente más o
menos uno de cada seis euros de deuda pública mientras que Gran
Bretaña tiene que refinanciar sólo una de cada catorce libras.
Eso significa que cuando se produce un incremento de los tipos de
interés, los costos del servicio de la deuda británica aumentan más
lentamente que en otros países.
La carga que supone el servicio de la deuda en relación con sus
ingresos fiscales es también inferior a la de otros países europeos
con menor calificación crediticia y la magnitud de la deuda pública
británica está alineada con la de otras economías calificadas
asimismo como triple A. EFE