Madrid, 29 abr (EFE).- Los mercados bursátiles y de deuda se
dieron hoy un respiro por las noticias alentadoras que llegan desde
Alemania, pieza clave en el plan de rescate griego, y ni siquiera
pasaron factura a España por la decisión de Standard&Poor's de
rebajar la calificación de sus emisiones.
Aunque los analistas aseguraban que los mercados ya habían
descontado la revisión de la solvencia española, se temía una
reacción negativa tras las experiencias recientes de Grecia y
Portugal, amonestados también por S&P.
Sin embargo, la mejor disposición del Gobierno alemán a ayudar a
Grecia después de la visita del director gerente del FMI, Dominique
Strauss-Kahn, ha devuelto la calma a los mercados y ha relajado la
presión sobre la deuda de los países europeos considerados más
vulnerables.
Las bolsas, con la de Madrid a la cabeza, están en positivo, y
los diferenciales de las emisiones de deuda de España, Portugal y
Grecia respecto al bono alemán se han mantenido o incluso han
bajado, aunque en el caso griego el coste sigue en cotas muy
elevadas.
Los mercados están muy pendientes de Alemania y de cualquier
declaración de la canciller Angela Merkel o del titular de Finanzas,
Wolfgang Schäuble, que anunció ayer un procedimiento de urgencia en
el Parlamento germano para aprobar las ayudas a Grecia
En esta línea, el presidente alemán, Horst Köhler, ex director
del FMI, instó hoy a activar el plan de rescate. "Alemania tiene que
hacer su aporte a la estabilización de Grecia por su propio
interés", dijo.
Otro punto positivo para Grecia es que el Partido Socialdemócrata
(SPD), el principal de la oposición en Alemania, ha anunciado que
aceptará la aceleración de los trámites.
La actitud del SPD puede conceder mayor margen de maniobra a
Merkel, muy preocupada por las elecciones regionales de Renania del
Norte-Westfalia del día 9 de mayo.
Desde Bruselas, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios,
Olli Rehn, avanzó que el programa de ajuste que negocian las
instituciones internacionales con el Gobierno griego estará listo en
los próximos días, lo que abrirá la puerta a la activación del plan
de rescate.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude
Trichet, que estuvo ayer en Alemania con Strauss-Kahn, dijo que
Grecia necesita un programa de ayuda "valiente, global y convincente
de varios años".
En Grecia, el primer ministro, Yorgos Papandréu, tiene que
atender a dos frentes: el internacional, que le debe proporcionar la
ayuda financiera que necesita, y el interno, sobre todo el sindical,
que se opone al plan de ajuste que reclaman tanto el FMI como
Alemania y el resto de sus socios europeos.
Papandréu tiene prevista hoy una reunión con la patronal y los
sindicatos para precisar su programa de ajustes para los próximos
tres años.
En España, el Gobierno insiste en su mensaje de calma tras la
decisión de S&P de rebajar la nota a la deuda española. La
vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado,
aseguró hoy que la calificación asignada sigue siendo "excelente" y
dijo que el Ejecutivo maneja datos "positivos", aunque
provisionales, sobre el estado de la economía española.
Le dio la razón el ministro francés del Presupuesto, François
Baroin, quién insistió en que la situación de Portugal y de España
"no tiene nada que ver" con la de Grecia.
No obstante, voces tan autorizadas como la del comisario europeo
de Competencia, Joaquín Almunia, reiteraron que el Gobierno español
está "en tiempo de descuento" y tiene que tomar decisiones cuanto
antes porque los mercados están "más miopes que de costumbre y no
ven los detalles, sino masas borrosas de problemas". EFE