Pekín, 19 jul (EFE).- Una encuesta oficial llevada a cabo después
de las inusuales huelgas registradas en fábricas de multinacionales
extranjeras en China revela que la nueva generación de obreros de
origen rural aspira a cobrar más del doble de su actual salario.
El resultado del sondeo, publicado hoy por el oficial "Diario del
Pueblo", indica que la paga media que recibe un inmigrante recién
llegado a la ciudad de Shenzhen (Cantón), donde se concentran
numerosas manufacturas del sur de China, es de unos 270 dólares
mensuales (208 euros).
Sin embargo, la mayoría de los 5.000 encuestados, pertenecientes
a lo que ya se conoce como la "nueva generación de inmigrantes
rurales", cree que un salario razonable debería ser de 380 dólares,
y en el caso de quedarse a vivir en Shenzhen y formar una familia,
necesitaría más de 620 dólares, 2,3 veces superior al actual.
De hecho, sólo un 1% de estos jóvenes inmigrantes, nacidos
después de 1980, tiene pensado regresar a su pueblo y trabajar como
campesino, a diferencia de las sacrificadas generaciones anteriores,
cuya mano de obra barata han hecho posible el "milagro" económico
chino de las últimas tres décadas.
Aunque se trata de una población flotante, se calcula que hasta
200 millones de inmigrantes del centro y oeste chinos, las áreas más
pobres del país asiático, han trabajado en las manufacturas de la
costa oriental en las últimas décadas.
Realizado por el sindicato único y el Instituto de Derecho
Laboral de Shenzhen, el sondeo arroja nueva luz sobre esta nueva
generación que, a diferencia de sus antecesoras, desconoce el
trabajo duro en el campo y ha vivido en las ciudades más tiempo.
Sin embargo, el estudio revela que éstos todavía no se sienten
plenamente integrados en la sociedad urbana, debido a que viven como
inmigrantes, esto es, hacinados en los dormitorios comunales que
facilitan las factorías que los contratan.
La mayoría de los sondeados trabajaban en industrias intensivas,
y sólo unos pocos en cargos de gestión o ejecutivos, a pesar de
contar con mejor preparación académica que la generación anterior.
Otra característica de los obreros jóvenes es que son mucho más
conscientes de sus derechos políticos, pero no así de los laborales,
un motivo por el que cambian de trabajo de manera más frecuente que
los antiguos obreros.
Las recientes huelgas registradas en las plantas chinas
automovilísticas niponas como Honda o Toyota, entre otras, en
protesta por las bajas condiciones laborales, han generado dudas en
el sector empresarial acerca de si China seguirá siendo en el futuro
"la fábrica del mundo". EFE