Río de Janeiro, 14 jun (EFE).- El presidente brasileño, Luiz
Inácio Lula da Silva, afirmó hoy en el acto de inauguración de un
gasoducto entre los estados de Río de Janeiro y Minas Gerais que la
obra garantiza la instalación de nuevas industrias en este último
estado, el segundo más poblado de Brasil.
El mandatario citó específicamente la fábrica de amoníaco que la
petrolera brasileña Petrobras planea construir en Uberaba, municipio
en el interior de Minas Gerais, y con la que Brasil planea dejar de
depender de los fertilizantes importados.
"Necesitamos comenzar a trabajar para que las industrias
comiencen a instalarse aquí y utilicen el gas que pasará por este
gasoducto", afirmó el jefe de Estado en el discurso que pronunció
durante la ceremonia de inauguración del ducto.
Lula afirmó que los primeros en beneficiarse con la obra serán
las fábricas de cerámica, las siderúrgicas de Minas Gerais y las
termoeléctricas ya existentes en las ciudades de Belo Horizonte, la
capital regional, y Juiz de Fora.
"Las que más van a ganar son las siderúrgicas debido a que, con
los hornos calentados con gas, la calidad del acero mejora", afirmó.
"Le estamos dando a Minas Gerais la oportunidad extraordinaria de
aprovechar una fuente energética que puede aumentar, aún más, su
riqueza", agregó.
Según el mandatario, el estado necesitará otro gasoducto de cerca
de 200 kilómetros para transportar el gas hasta Uberaba, en donde
será instalada la futura planta de amoníaco de Petrobras.
Petrobras ya había anunciado su intención de construir una
fábrica de fertilizantes en Minas Gerais pero dependía de un acuerdo
con la Cemig, una distribuidora regional de energía, para construir
un gasoducto hasta Uberaba.
Lula dijo que esa fábrica permitirá una revolución debido a que
Brasil importa actualmente el 80% de los fertilizantes que utiliza y
la producción local no solo reducirá los costos sino que mejorará la
calidad de la agricultura.
El nuevo gasoducto eleva de los actuales 3 millones a 8 millones
de metros cúbicos la capacidad de transporte de gas natural hasta
ese estado del sudeste de Brasil, que es uno de los más poblados e
industrializados del país.
El único gasoducto que abastecía a Minas Gerais hasta ahora es el
inaugurado en 1994 que también parte de Río de Janeiro, pero que
apenas tiene capacidad para transportar 3,15 millones de metros
cúbicos del combustible.
El nuevo gasoducto tiene una extensión de 267 kilómetros y exigió
una inversión de 1.280 millones de reales (unos 711 millones de
dólares), según Petrobras, propietaria del ducto. EFE