Río de Janeiro, 13 jul (EFE).- El presidente brasileño, Luiz
Inácio Lula da Silva, lanzó hoy la licitación para la construcción
del Tren de Alta Velocidad (TAV) entre Río de Janeiro y Sao Paulo,
una obra calculada en 33.000 millones de reales (unos 18.750
millones de dólares) que comunicará las dos mayores ciudades de
Brasil.
El pliego de condiciones de la licitación prevé que los derechos
para la construcción, operación y el mantenimiento de la línea
durante 40 años serán concedidos a la empresa que se comprometa a
cobrar la menor tarifa por el servicio.
Según el pliego, las empresas interesadas podrán inscribirse a
partir de hoy para una licitación que culminará el 16 de diciembre
próximo, cuando serán abiertos los sobres con las propuestas de los
ofertantes y escogido el vencedor.
La primera línea férrea para un Tren de Alta Velocidad en América
Latina tendrá una extensión de 510,8 kilómetros puesto que, además
de Río de Janeiro y Sao Paulo, también conectará a Campinas, una
importante ciudad industrial en el interior del estado de Sao Paulo.
El tren, que alcanzará una velocidad máxima de 350 kilómetros por
hora, tendrá paradas en siete estaciones, incluyendo los aeropuertos
internacionales de Guarulhos (Sao Paulo), Viracopos (Campinas) y
Antonio Carlos Jobim (Río de Janeiro).
Según Lula, la licitación finalmente pondrá en marcha un proyecto
en el que inicialmente nadie creía y que podrá ofrecer en Brasil el
mismo transporte de calidad de los países desarrollados.
"Al comienzo se decía que nadie se interesaría, que nadie
presentaría propuesta. Tuve que conversar con mi amigo (José Luis
Rodríguez) Zapatero (presidente del Gobierno español) y con mi amigo
Nicolas Sarkozy (presidente francés) para mostrar que era algo
serio", dijo Lula en el lanzamiento de la licitación.
"El interés de varias empresas en presentar ofertas muestra que
es posible combinar la seriedad tecnológica de ellos con la seriedad
del crecimiento económico de Brasil", agregó.
Según el pliego de condiciones, la concesión será remunerada
mediante las tarifas y los derechos para explotar las estaciones.
La licitación podrá ser disputada por empresas brasileñas y
extranjeras, fondos de pensiones y fondos de inversión en forma
aislada o en consorcio.
Pese a que el criterio para la selección del vencedor es la menor
tarifa, la Agencia Nacional de Transportes Terrestres (ANTT) ya
estableció que el concesionario no podrá cobrar un valor por encima
de los 0,49 reales (unos 0,28 dólares) por kilómetro en la clase
económica.
Es decir, que la tarifa máxima en clase económica para un viaje
entre Río de Janeiro y Sao Paulo no puede superar los 199 reales
(unos 113,1 dólares).
Hasta ahora empresas de seis países (España, Francia, Alemania,
China, Japón y Corea del Sur), todas con experiencia en la operación
de trenes de alta velocidad, han manifestado su interés en disputar
la licitación.
El vencedor solo podrá tener acceso a créditos públicos en Brasil
por un máximo 19.900 millones de reales (unos 11.307 millones de
dólares), es decir el 60,3% del valor previsto para la obra.
La ANTT calcula que las obras podrán ser iniciadas a finales de
2011, una vez sean concedidas las respectivas licencias ambientales,
y concluidas en 2015.
El proyecto ya ha sufrido varios retrasos, por lo que no podrá
entrar en funcionamiento antes del Mundial de fútbol de 2014, como
pretendía el Ejecutivo, aunque aún está a tiempo de ser concluido
antes de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
Además de presentar la licitación, Lula firmó un proyecto de ley
por el que crea la estatal Empresa de Transporte Ferroviario de Alta
Velocidad (ETAV), cuyo objetivo será planear y promover el
desarrollo de otras líneas de alta velocidad en el país.
La nueva estatal, que tendrá acceso a la tecnología de la empresa
que construya la línea entre Río de Janeiro y Sao Paulo, podrá
planear, construir y operar nuevas líneas. EFE
cm/joc/cpy