Londres, 5 nov (EFE).- Brasil se convertirá "entre el 2016 y el
2020 como muy tarde en la quinta economía del mundo", según la
optimista predicción de su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
Será una economía fuerte, mucho más desarrollada desde el punto
de vista tecnológico y el educativo y también "aún más democrática
que la actual", afirma Lula en una entrevista con el diario
Financial Times.
El presidente brasileño pronostica un crecimiento económico del 5
por ciento o más en el 2010 y dice que el país seguirá creciendo "de
modo sostenible" en los años siguientes.
"Es un momento glorioso, casi mágico de la historia del Brasil",
afirma Lula tras explicar que el país tendrá que acometer un ingente
programa de inversiones con vistas al Mundial de Fútbol en el 2014 y
los JJ.OO. de Río, dos años más tarde.
Lula participa hoy en Londres en un seminario sobre inversiones
en Brasil organizado por el Financial Times y, tras una audiencia
con la reina Isabel II, recibirá el premio del Instituto de
Relaciones Internacionales de Londres Chatham House, que reconoce
anualmente "la aportación más significativa a la mejora de las
relaciones internacionales en el año anterior".
Lula afirma que su presencia en esta capital, como los viajes que
realizará a Alemania y, el próximo año, a España tiene como objetivo
precisamente atraer inversiones privadas a su país en beneficio de
sectores como el petrolero, la construcción o los trenes de alta
velocidad.
En su entrevista con el periódico británico, Lula afirma que,
aunque Brasil debe "hacer ajustes como otros", "no hay ningún otro
país que tenga actualmente una posición fiscal tan sana" y recuerda
al respecto que hay un proyecto de ley de reforma fiscal ante el
Congreso.
Preguntado por cómo capeó Brasil la crisis económica, Lula
explica que su gobierno comenzó a adaptar una serie de medidas en el
2007 "sin saber que iba a haber crisis".
Cuando estalló, se tomaron medidas contracíclicas que facilitaron
los créditos y la financiacíón de sectores concretos de la economía,
se procedió una reducción de los impuestos que gravan los
automóviles, las lavadoras, la maquinaria agrícola o el material de
construcción.
Según Lula, su Gobierno no trabaja con la idea de que la crisis
ha terminado, pero sí que "se puede superar" y se propone para ello
seguir impulsado las inversiones en una economía diversificada.
En relación con la próxima cumbre sobre el cambio climático de
Copenhague, el presidente brasileño expone el compromiso de su país
de reducir en un 80 por ciento de aquí al año 2020 la deforestación
de la Amazonía.
Brasil quiere contribuir a la lucha contra el calentamiento del
planeta, dice Lula, quien señala que presentará en Copenhague una
propuesta formal, que no tiene por qué aceptar todo el mundo, pero
que su país se comprometerá a cumplir.
No tiene sentido buscar un acuerdo que luego los países no puedan
cumplir, una propuesta que resulte inviable, afirma.
En relación con el estado de las relaciones entre el Brasil y
otros países de América Latina, señala que son "lo mejores posibles"
y afirma que la democracia es "extraordinaria porque permite vivir
democráticamente en la diversidad".
Lula pone como un ejemplo para la región la unificación de
Europa, que califica como la "mejor demostración de que con voluntad
política pueden superarse todo tipo de obstáculos".
"Brasil está desarrollando alianzas con todos los países dentro
del respeto de la soberanía de cada uno", asegura. EFE