Teherán, 16 abr (EFE).- Los presidentes de Irán, Mahmud
Ahmadineyad, y Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, coincidieron hoy
en pedir un nuevo orden económico y comercial en el mundo que
conceda más peso a los países emergentes.
Diferentes en la forma, pero cercanos en el fondo, ambos
mandatarios pronunciaron un discurso similar a la conclusión de IV
Foro Comercial Irán-Brasil, celebrado este domingo en el centro de
convenciones de la televisión nacional iraní (IRIB), en el norte de
Teherán.
Durante el mismo, los dos países firmaron ocho memorandos de
entendimiento, relativos a la cooperación comercial, la apertura de
líneas directas de crédito, el intercambio de tecnología y la
colaboración en el terreno energético y en particular en el sector
petrolero.
Más comedido, Lula subrayó que la relación entre ambos países "es
muy importante en un momento en el que el mundo se encuentra en
transformación".
"Una nueva geografía económica y comercial que necesita de un
sistema multilateral", cimentado en las relaciones bilaterales y la
diversificación, y en el que debe desempeñar un papel clave el
denominado eje sur-sur, agregó.
Al hilo de este argumento, el presidente sudamericano subrayó que
la apertura de un línea directa de crédito de mil millones de euros
a cinco años entre ambos países ha sido el elemento central durante
unas negociaciones que calificó de provechosas.
El objetivo de la misma es facilitar el acceso a la financiación
de empresas mutuas que quieran invertir en Irán o Brasil y eludir
con ella a intermediarios y otros organismos internacionales,
explicó.
"Irán es uno de los grandes mercados del mundo... y en los
últimos cinco años se ha convertido en uno de los principales
mercados de Brasil en Oriente Medio. La crisis no ha afectado. Al
contrario, podemos avanzar mucho más", indicó.
Ahmadineyad, por su parte, calificó de "inseguro" el sistema
económico actual e insistió igualmente en "la necesidad de
sustituirlo por un nuevo orden económico y monetario sustentado en
la justicia".
"El sistema capitalista ha llegado a su fin, no sólo en la escena
económica sino también en los campos de la política y de la
seguridad mundial, y ahora afronta serios problemas", subrayó.
En este sentido, volvió a denunciar que "las políticas, las
divisas y las infraestructuras dominantes persiguen el beneficio de
una minoría de naciones y transmiten los problemas de los países
capitalistas a los países emergentes como Irán y Brasil".
Como solución, el mandatario iraní propuso "la ampliación de las
relaciones bilaterales, que evitará estos problemas" y la necesidad
de fijar "nuevos sistemas económicos, nuevos pactos bancarios y
monetarios fuera del sistema dominador".
A este respecto, Ahmadineyad aseguró que "Irán y Brasil se están
convirtiendo en los polos importantes del mundo" y subrayó que con
la ampliación de las relaciones bilaterales "pueden tener un papel
determinante".
"Debemos quitar los obstáculos aduaneros y mejorar nuestros
sistemas de transporte para potenciar y mejorar el comercio
bilateral", concluyó.
El balanza comercial entre Irán y Brasil se cifra en torno a los
1.500 millones de dólares, con intercambio favorable al país
sudamericano, que exporta sobre todo alimentos y maquinaria. EFE