Viena, 10 nov (EFE).- El fabricante de componentes de automóviles
Magna International acepta la decisión de General Motors de no
venderle la marca alemana Opel, anunció el máximo responsable de la
empresa austro-canadiense, Siegfried Wolf.
En una entrevista concedida anoche a la televisión pública
austríaca ORF, Wolf manifestó que su empresa "tiene que respetar la
decisión tal como ha sido tomada (por GM)".
"No podemos lamentarnos.Tenemos poco tiempo para ser
sentimentales. Debemos centrarnos en nuevos desafíos", dijo el
ejecutivo austríaco, que durante más de medio año trató de atar el
complicado proceso de adquisición de Opel.
Según Wolf, los intentos de su empresa de comprar la firma
alemana costaron en torno a los 100 millones de dólares.
Magna iba a controlar junto con el banco estatal ruso Sberbank
más la mitad de Opel, según varios preacuerdos pactados con GM, que
sin embargo, al final y para sorpresa de todo el sector, decidió
cancelar la venta para sanear la marca alemana por su cuenta.
Preguntado por la opinión de Frank Stronach, el fundador
austríaco de Magna, Wolf señaló que éste dijo que "la vida y el
negocio siguen".
"Tenemos que centrarnos en eso y no en lo que podría haber sido",
agregó el ejecutivo.
Debido a las intenciones de Magna de convertirse en un mayor
fabricante de vehículos, la empresa empezó a tener problemas con
algunos de sus principales clientes (como la alemana Mercedes), ya
que con la compra de Opel se habría convertido en un competidor
directo.
Rusia no descartaba hoy la posibilidad de querellarse contra GM
por haber cancelado la venta de Opel.
"Actualmente, estamos teniendo consultas con GM a raíz de unas
relaciones jurídicas que habíamos entablado y que ahora tenemos que
rescindir", dijo el presidente del Sberbank, Herman Gref.
El banquero dijo a la prensa que el Sberbank espera resolver sus
problemas con GM "sin recurrir a los procedimientos judiciales",
pero advirtió de que si es necesario, no dudará en recurrir a los
tribunales. EFE