Adriana Flores Bórquez
Atenas, 9 abr (EFE).- Grecia sigue bajo la presión de los
mercados financieros internacionales ante la persistente
desconfianza en su capacidad de recuperarse por sí misma de la
actual crisis y ante la expectativa sobre si recurrirá a ayuda
externa, algo que el Gobierno griego volvió a descartar hoy.
El ministro griego de Finanzas, Yorgos Papaconstantínu, afirmó
hoy en Atenas que Grecia "no tiene intención de hacer uso de ese
mecanismo (europeo)".
La Unión Europea (UE) acordó en marzo ofrecer a Atenas ayudas
financieras, junto con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El ministro griego dijo que "desde hace días se realiza un
estudio sobre una definición del mecanismo de ayuda para Grecia,
sobre las condiciones con las que funcionará ese mecanismo".
Tras el descalabro del jueves, la Bolsa de Atenas abrió hoy por
primera vez en tres días con leves subidas y se mantenía en
territorio positivo después del mediodía, mientras que el
diferencial de los bonos griegos frente a los papeles alemanes se
redujo hasta 400 puntos básicos.
Grecia, país de la eurozona, cuenta con un déficit que supera el
12 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), que pretende
rebajar este año al 8,7 por ciento y una deuda pública del 113 por
ciento del PIB.
Según los analistas locales, el gobierno de Atenas confía en que
los mercados recuperarán la credibilidad en el país una vez que se
definan las condiciones de apoyo a Grecia.
Las esperanzas de Atenas recaen en las reacciones que habrá ante
las cambios en las políticas de desarrollo de la economía que el
Ejecutivo socialista presentará la próxima semana, sumado a los
cambios en el sistema de seguridad social.
La UE está a la espera de que Grecia ponga en marcha un programa
de privatizaciones de empresas estatales como la telefónica OTE, los
ferrocarriles OSE, un casino, la lotería y los juegos de azar
nacionales, así como un mayor recorte del gasto público en general.
Pero algunos expertos consideraron hoy que Grecia al final
recurrirá a las ayudas externas.
La economista griega Miranda Ksafá, una ex funcionaria de alto
rango del FMI, afirmó que "Grecia debe recurrir de inmediato al FMI,
lo que servirá para aumentar la credibilidad de los anuncios de
reformas de parte del gobierno griego".
Opinó que "se necesitarán medidas adicionales de ahorro para que
el déficit se reduzca al 3 por ciento del PIB hacia 2012".
Ksafá agregó que "el mecanismo europeo tiene muchas zonas grises
y la UE carece del mecanismo y de la experiencia adecuada para
apoyar, planear y controlar un programa de estabilidad".
Por su parte, el economista Yorgos Vitros, consultado por Efe en
Atenas, también optó por el FMI y denunció que "el país no puede
levantar el peso de mantener el enorme sector público", con cerca de
un millón de funcionarios.
Añadió que el FMI "exigirá a Grecia una reducción de su sector
público y ejercerá presión sobre el sistema político heleno", y a su
parecer, "el Gobierno griego debería osar pagar el coste político
para corregir los errores de los últimos 30 años".
Mientras, el sindicato del sector público "Adedy" convocó hoy una
nueva huelga de 24 horas, prevista para el 22 de abril próximo.
Los empleados del sector público protestan contra las medidas de
ajuste anunciados por el Gobierno del socialista Yorgos Papandréu,
que pretende ahorrar este año unos 4.800 millones de euros. EFE