Berlín, 12 sep (EFE).- La canciller alemana, Angela Merkel, ha
defendido la operación de venta de Opel al fabricante de componentes
austro-canadiense Magna y al banco ruso Sberbank contra las críticas
de los que lo consideran un proyecto con poco futuro y lo ven como
un "regalo" electoral.
"Nosotros no salvamos empresas, sino les damos una oportunidad
dentro de esta crisis financiera", afirma Merkel en una entrevista
con publica hoy el diario "Süddeutsche Zeitung".
Merkel subraya que los avales estatales a Opel por 4.500 millones
de euros sólo son un elemento de un programa mucho más amplio con
los que el gobierno pretende ayudar a las empresas a salir de la
crisis internacional.
Este programa respalda en un 90 por ciento a pequeñas empresas,
subrayó Merkel que con ello negó que se ayude exclusivamente a las
grandes compañías en detrimento de las pequeñas.
La aprobación a la propuesta de General Motors de vender el 55
por ciento de Opel a Magna y el Sberbank se tomó dentro de la
entidad fiduciaria que gestiona actualmente Opel con el voto en
contra del único representante del gobierno alemán.
El ex-jefe del fabricante de neumáticos Continental, Manfred
Wennemer, decidió no dar su plácet por considerar que la operación
es demasiado arriesgada ante los problemas que hay en el mercado
automovilístico ruso y los riesgos que entraña para el contribuyente
alemán.
Tampoco el representante de los Länder en la entidad fiduciaria,
el político liberal Dirk Pfeil, quiso dar su aprobación explícita y
optó por la abstención.
En declaraciones al diario "Bild", Pfeil sostiene que él hubiera
preferido la oferta del inversor belga RHJI, filial del fondo
estadounidense Ripplewood, pues este modelo hubiera costado 1.300
millones de euros menos al contribuyente.
"Hay que tener en cuenta que los 4.500 millones de euros (de
garantías alemanas) posiblemente no alcancen", advierte Pfeil.
A eso se suma, añade Pfeil, que hay que contar con que el modelo
elegido provocará serios problemas dentro de la Unión Europea,
puesto que "el plan de desmantelamiento de empleo presentado por
Magna favorece a Alemania, algo que los países europeos con plantas
de GM no aceptarán sin más".
Pfeil asegura que tanto la Cancillería como el ministerio alemán
de Economía conocían desde hace semanas las reservas planteadas por
los representantes oficiales en la entidad fiduciaria.
Uno de los problemas principales que ven tanto Wennemer como
Pfeil en el plan de Magna es que a su juicio contempla objetivos
poco realistas como el que New Opel producirá como muy tarde en 2012
unos 1.500 millones de automóviles.
Teniendo en cuenta de que en el precontrato cerrado a finales de
mayo con Magna GM obtuvo la garantía de que el mercado en Estados
Unidos y Corea del Sur quedará cerrado a "New Opel", y que las
ventas a Canadá y China estarán bloqueadas hasta 2012 y 2015,
respectivamente, el único destino nuevo potencialmente grande será
Rusia, cuyo mercado automovilístico atraviesa una grave crisis.
Wannemer teme que con todo esto Opel acabará endeudándose más
hasta verse obligado a presentar suspensión de pagos en los próximos
años. EFE