Berlín, 16 ago (EFE).- La canciller alemana, Angela Merkel,
afirmó hoy que el objetivo de su Gobierno es aprovechar el fuerte
impulso económico registrado por Alemania para la consolidación
presupuestaria, en respuesta a las nuevas propuestas de sus socios
liberales a favor de estudiar posibilidades de bajar impuestos.
"La prioridad del Gobierno es la consolidación presupuestaria",
indicó el portavoz gubernamental, Steffen Seibert, según el cual en
esta cuestión hay "pleno acuerdo" entre la canciller y el
vicecanciller y ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Guido
Westerwelle.
"Se mantendrá la línea de austeridad. No tenemos más dinero, sino
tal vez algo menos de endeudamiento", añadió Seibert, para expresar
a continuación la "satisfacción" de Merkel por el fuerte crecimiento
experimentado por el Producto Interior Bruto (PIB) en el segundo
trimestre del año.
Seibert concretó que Merkel y Westerwelle habían abordado la
cuestión por teléfono, esta misma mañana, y que no había el menor
disenso entre los dos, "aunque por parte de los liberales siempre se
insista en las bajadas de impuestos", añadió.
La precisión de la canciller sigue a la publicación, ayer, de una
entrevista a Westwerelle, presidente del Partido Liberal (FDP), en
el dominical "Bild am Sonntag", donde éste apuntaba a la posibilidad
de aprovechar la buena coyuntura económica para bajar impuestos.
"Mantenemos en perspectiva una descarga (fiscal) en interés del
crecimiento, la creación de puestos de trabajo y una mayor justicia
en los rendimientos. Si hay margen de maniobra, debe aprovecharse",
apuntó Westerwelle desde Mallorca (España), donde pasa sus
vacaciones.
Westerwelle insistía en que el sistema fiscal se debe
"simplificar", especialmente de cara a la clase media, a la que se
debe aliviar para "favorecer" el crecimiento económico.
El líder liberal volvía así a lo que ha sido su caballo de
batalla desde el inicio de la segunda legislatura de Merkel, en la
actual coalición de centroderecha, y pese al rechazo expreso desde
las filas de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller.
Westerwelle sustenta su tesis en el inesperado crecimiento de la
economía alemana en el segundo trimestre del año -un 2,2 por ciento
del PIB- y mientras se baraja ya una corrección al alza de los
pronósticos globales del año.
Según "Der Spiegel", el Gobierno considera que el crecimiento del
PIB podría ascender este año hasta el 3 por ciento, lo que, de
confirmarse, doblaría los pronósticos aún vigentes, que se marcan el
objetivo del 1,5 por ciento.
Las nuevas previsiones oficiales del Gobierno se darán a conocer,
previsiblemente, en octubre, pero ya el próximo viernes el ministro
de Economía, el también liberal Rainer Brüderle, avanzó que se
podrían situar sobre el 2 por ciento.
Las razones de este optimismo se fundamentan en el hecho de que
el impulso no se sustenta únicamente en el auge de las
exportaciones, tradicional motor de la economía alemana, sino
también en el consumo privado y las inversiones empresariales.
Ello implica que el buen ritmo no está en peligro, ni siquiera en
caso de un revés coyuntural en el extranjero que pudiera comportar
una ralentización de las exportaciones. EFE