Buenos Aires, 7 ago (EFE).- Miles de feligreses desfilaron hoy
por la iglesia de San Cayetano en Buenos Aires para agradecer o
pedir empleos al patrono del trabajo, una manifestación popular que
se repite desde hace décadas en Argentina.
La celebración religiosa de San Cayetano fue encabezada por el
cardenal primado de Argentina y arzobispo de Buenos Aires, Jorge
Bergoglio, ante una multitud reunida dentro y fuera de la iglesia
dedicada al santo en el barrio de Liniers, en la zona oeste de la
ciudad.
"Pedimos protección ante la violencia desatada en nuestra
sociedad. Pero junto con estas cosas pedimos de manera especial
protección para nuestra fe: te pedimos que protejas, conserves y
aumentes nuestra fe", dijo el cardenal en su homilía.
Bergoglio aludió en su mensaje a los delitos violentos que han
sacudido a la opinión pública en los últimos días, entre ellos el
asalto a balazos a una mujer embarazada a la salida de un banco y el
asesinato de un joven policía a manos de delincuentes juveniles.
La mujer lleva diez días ingresada en una sala de cuidados
intensivos mientras que su bebé, nacido prematuramente en una
operación de cesárea de emergencia, murió el miércoles.
El cardenal argentino también se lamentó de que el país vive "en
medio de una cultura cada vez más pagana" que "desconoce la
bendición" de Jesucristo.
Aunque las cifras oficiales marcan que la tasa de desempleo ha
bajado al 7,9 por ciento de la población activa en el segundo
trimestre del año, miles de trabajadores acudieron a la celebración
religiosa, como ocurre todos los 7 de agosto desde fines de la
década de 1960, cuando se aceleró la industrialización del país.
El desempleo había llegado al 25 por ciento durante la crisis
económica que padeció Argentina en 2001 y que llevó al país a
declarar el cese de pagos de sus deudas, el mayor de la historia
financiera (unos 102.000 millones de dólares).
Se calcula que 5,8 de unos 13 millones de argentinos en
condiciones de trabajar tienen empleos formales y con ello están
dentro de la seguridad social, mientras que el resto tiene trabajos
precarios o no han sido inscritos por las empresas o están
desocupados.
Los fieles formaron hoy una fila de seis calles de largo para
ingresar a la iglesia de San Cayetano, en cuyos alrededores habían
acampado cientos de feligreses para participar en esta celebración
religiosa. EFE