Zaragoza, 19 sep (EFE).- Miles de personas y toda la clase
política aragonesa han mostrado hoy su apoyo a los trabajadores de
la planta de General Motors de Figueruelas, en una manifestación que
ha recorrido las principales calles de Zaragoza y durante la cual se
ha rechazado de forma rotunda el plan industrial de Magna.
La marcha ha estado encabezada con una pancarta con el texto:
"Opel y auxiliares: por un plan industrial viable. Significa empleo
y futuro para Aragón", tras la cual se han situado los
representantes sindicales de la compañía automovilística y los
líderes de UGT y CCOO en Aragón, Julián Lóriz y Julián Buey,
respectivamente.
La manifestación ha comenzado a las 12:00 horas, en la plaza San
Miguel, y durante la misma los trabajadores han coreado consignas
como "Esta lucha la vamos a ganar", "Europa escucha, Aragón está en
la lucha", "Si esto no se apaña, caña, caña, caña", "Si esto no se
arregla huelga, huelga, huelga", "Escucha Detroit, la lucha empieza
hoy" o "Más empleo, menos planes".
A la protesta se han sumado representantes de los partidos
políticos aragoneses (PSOE, PP, PAR, CHA e IU) y del Gobierno
autonómico, por medio de los consejeros de Economía, Alberto Larraz,
e Industria, Arturo Aliaga, y el alcalde de la ciudad, Juan Alberto
Belloch.
Esta es la primera gran manifestación que convocan los
trabajadores de la factoría zaragozana desde que se conociera el
plan industrial planteado para las plantas europeas de GM por la
compañía de componentes Magna, con la que la multinacional
automovilística estadounidense ha llegado a un acuerdo para venderle
el 55 por ciento de su negocio europeo.
Para Figueruelas supondría perder casi 1.700 de los 7.500 empleos
que tiene, el trasladado a Alemania del ensamblaje del Corsa tres
puertas y parte del modelo de cinco, así como de la sección de
prensas, y cerrar una línea de producción.
La marcha, que se ha desarrollado sin incidentes, ha concluido en
la plaza Aragón de la capital aragonesa con la lectura de un
manifiesto con el que se ha alertado de que el plan de Magna "puede
significar el principio del fin de la industria del auto en Aragón"
y esta Comunidad "no se lo puede permitir".
"Con un plan industrial acorde a las dimensiones de la planta y a
la productividad demostrada, y basado en criterios económicos e
industriales, y no políticos, Opel seguirá siendo la locomotora que
arrastre al resto hacia la estación. Si se para la locomotora nadie
llegará al destino", señala el comunicado.
Los trabajadores responsabilizan a General Motors de esta
situación, que "ha claudicado ante las presiones y chantajes del
poderoso Gobierno alemán", y respecto a Magna el comité de empresa
ha advertido de que "nadie piense que si este inversor se va las
cosas van a ser mejores".
"Esa situación nos pondría al borde de la quiebra salvo que
alguien viniese y pusiese dinero", y, en caso contrario, "las
consecuencias podrían ser incalculables", y entre ellas figura "la
desaparición como grupo automovilístico".
El presidente del comité de empresa, José Juan Arceiz, que ha
leído el manifiesto, ha agradecido la participación y el apoyo
mostrado por toda la sociedad y por representantes de partidos
políticos, instituciones y asociaciones de diferente índole, al
tiempo que ha afirmado que los participantes superaban los 40.000.
El Gobierno autonómico y toda la clase política aragonesa han
asistido hoy a la manifestación y todos han coincidido en que queda
un largo y difícil camino de negociación, durante el cual es
necesario mostrar la unidad de todos.
El consejero de Economía, Alberto Larraz, ha hecho hincapié en
que el proceso "va a durar dos meses" y en este tiempo se va a
tratar de "minimizar los daños que pueda generar este plan de
reestructuración", mientras que el titular de Industria, Arturo
Aliaga, ha manifestado que ésta es una "planta estrella" y no se
entiende que se contemple derivar producción a otras factorías
alemanas.
Por su parte, el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, se ha
mostrado convencido de que es necesaria la implicación personal y el
liderazgo del presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez
Zapatero, si se quiere intentar ganar una batalla que "no va a ser
en ningún caso fácil". EFE