Berlín, 19 may (EFE).- El ministro alemán del Interior, el
cristianodemócrata Thomas de Maizière, aseguró hoy que ciertas
formas de la economía financiera "tienen que acabar" y reconoció que
existen "grandes divergencias" con el Reino Unido y Estados Unidos
sobre cómo hacer frente a la especulación.
El ministro mantuvo hoy en Berlín una reunión con un grupo de
corresponsales europeos en la que respondió a preguntas sobre la
crisis que atraviesa la Eurozona.
De Maizière fue el ministro que sustituyó por una indisposición
repentina al titular alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, en la
noche decisiva del 9 de mayo en la que los Veintisiete acordaron en
Bruselas un mecanismo de ayuda para los Estados del euro en peligro
de insolvencia, a cambio de duros planes de ajuste en Portugal y
España.
Hace apenas 24 horas el Gobierno alemán sorprendía a sus socios
europeos al prohibir de manera unilateral las ventas a corto en
descubierto de los instrumentos financieros de deuda soberana, en un
intento de atajar la especulación.
La decisión no ha sido secundada por otras capitales europeas y
ha suscitado reacciones contrarias tanto de la Comisión Europea como
de la presidencia de turno española de la UE, por no haber sido
coordinada con el resto de los socios.
En un discurso ante el Bundestag (Cámara Baja), la canciller
alemana, Angela Merkel, anunció esta mañana que la prohibición
durará indefinidamente o al menos hasta que la Unión Europea adopte
un enfoque reglamentario común.
En otra charla con periodistas, otro miembro del Gobierno alemán
comentó que la salida de la crisis requiere no sólo mecanismos para
cortar el endeudamiento excesivo de los Estados de la zona euro,
sino también medidas legales contra la especulación.
"Si Europa no regula, nosotros sí lo haremos", aseguró.
Por su lado, De Maizière reconoció que no hay acuerdo dentro de
la UE ni entre Europa y Estados Unidos sobre la manera de luchar
contra la especulación financiera, y puso como ejemplo las
dificultades para sacar adelante la directiva sobre gestores de
fondos alternativos.
"Ciertas formas de la economía financiera tienen que acabar, pero
EEUU y el Reino Unido son muy reticentes; hay que sentarse a hablar
de ello", afirmó.
El ministro negó, por otro lado, que el Ejecutivo alemán haya
contribuido a agravar la crisis de la deuda al retrasar la
aprobación del mecanismo de asistencia que Atenas reclamaba.
"Si la decisión se hubiese producido demasiado pronto y sin
condiciones, habría animado a la especulación" y "suscitado
reivindicaciones ulteriores", argumentó.
De Maizière no quiso aclarar si era España el país en riesgo de
contagio en el que todos pensaban en la madrugada del 9 de mayo,
cuando el Consejo de Economía y Finanzas (Ecofin) decidió
contrarreloj poner en marcha el mecanismo multimillonario de rescate
para los Estados del euro.
"España estaba en una situación muy difícil, porque era un país
potencialmente concernido y presidía la Unión", se limitó a decir el
ministro alemán. EFE