Buenos Aires, 11 oct (EFE).- El ministro argentino de Economía,
Amado Boudou, reiteró que su país no aceptará "injerencia en sus
políticas" por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) y dijo
que esa posición quedó "muy clara" en su reciente reunión con el
director gerente el organismo, Dominique Strauss-Kahn.
"El país puede compartir datos, cifras y análisis. Puede escuchar
críticas en una evaluación. Pero no va a aceptar injerencia en sus
políticas", destacó en una entrevista que publica hoy el diario
Página/12.
Si bien aclaró que no hubo un "planteo directo" del Fondo,
"cuando uno se da cuenta de que hay una sarta de recomendaciones que
fallaron sistemáticamente e intentan reflotarlas, no tiene sentido
continuar porque generaría más ruido que beneficios", comentó.
Boudou defendió la política de acumulación de reservas del
Gobierno y criticó la postura que en este tema tiene el FMI, que la
rechaza por considerar que "le saca liquidez al comercio
internacional".
"Nosotros pensamos que la política de acumulación de reservas ha
sido uno de los pilares del crecimiento económico argentino",
remarcó el funcionario, y añadió que "no puede pensarse el sistema
monetario de un país como si todos fueran iguales, tuvieran la misma
historia, el mismo funcionamiento o tamaño".
Esas recomendaciones son "un grave error de los economistas en
general, que creen que hay que pensar la economía como una probeta",
subrayó antes de opinar que "la economía se da en un contexto
político y social y en una correlación de fuerzas entre distintos
países".
Boudou aclaró que Argentina "nunca se fue del FMI", sino que "lo
que hizo fue pagar sus deudas".
"Ahora lo que hacemos es llevar nuestra voz al Fondo y esto es
posible porque Argentina tiene hoy una historia para contar, porque
al país le fue mejor que con las políticas del organismo
internacional", apuntó.
Tras regresar hace unos días de Estambul, donde se reunió con
Strauss-Kahn, el ministro aseguró que aún "no está decidido" si
habrá una acuerdo con el FMI para volver a someter las cuentas del
país a las revisiones periódicas del organismo, con el que dijo que
Argentina tendrá una relación "estrictamente técnica".
En ese sentido, Boudou comentó que en noviembre continuará las
negociaciones cuando vuelva a dialogar con Strauss-Kahn en Escocia,
durante la reunión del G-20.
El ministro ha afirmado en varias oportunidades que su país no
necesita pedir financiación al Fondo, organismo con quien canceló
todas sus deudas, por 9.000 millones de dólares, en enero de 2005.
Sin embargo, ha explicado que el reinicio del diálogo con el FMI
forma parte de la "agenda de acceso de Argentina a los mercados
internacionales", adonde pretende regresar para colocar deuda.
En los últimos años, el Gobierno argentino ha mantenido un
discurso crítico sobre el rol del FMI en la crisis que vivió el país
en 2001-2002 y reclamado reformas de fondo en el organismo.
Entre otros aspectos, Buenos Aires pide que el FMI otorgue
créditos a los países en desarrollo sin imponer "recetas" o
"condicionamientos" ni presentar sus cuentas públicas a la revisión
periódica por parte de técnicos del organismo, algo a lo que
Argentina no se somete desde que canceló su deuda con el Fondo.
En Pittsburg, Argentina subscribió una declaración en la que los
miembros del G-20 acordaron mantener un mecanismo de consultas
económicas entre sí, con la asistencia del FMI.
Las autoridades argentinas aclararon que ese compromiso no
implica que el país se someta a las revisiones anuales sobre la
economía que el Fondo realiza bajo el artículo IV de su carta
orgánica. EFE