(Actualiza la EC3017 con la rebaja de la calificación de ocho bancos chinos)
Shanghái (China)/ Madrid, 6 dic (.).- La agencia de calificación Moody's rebajó hoy a "negativa" la perspectiva sobre 18 compañías chinas y ocho entidades financieras, la mayoría de ellas de propiedad estatal, un día después de haber hecho lo propio con la referente a la deuda del país asiático.
De estas firmas, 13 son empresas públicas y filiales controladas por el Gobierno central; 2, corporaciones del mismo tipo propiedad de administraciones locales o regionales, y las otras tres, compañías privadas.
Además, en otro comunicado separado, Moody's indicó que también revisará las calificaciones de cuatro compañías públicas controladas por gobiernos locales o regionales -dos de ellas, del de Guangxi (sur); otra, del de Shandong (este), y otra, del de la megalópolis suroriental de Shenzhen- para decidir si las rebaja.
Horas más tarde, Moody's ha remitido otro comunicado en el que rebaja a negativa la calificación de ocho bancos chinos, de los que tres son de inversión relacionados con el gobierno central y cinco, comerciales.
Asimismo, la agencia ha mantenido el perfil macro para el sistema bancario chino en "moderado +", reflejando un crecimiento más lento del crédito del país así como el elevado nivel de apalancamiento de toda la economía.
En todos los casos, la firma apunta directamente a la decisión de este martes de rebajar a "negativas" sus perspectivas sobre la deuda china ante el posible apoyo financiero del Gobierno central a las regiones más endeudadas, la ralentización económica y la crisis inmobiliaria.
Además, en el caso de las cuatro compañías públicas vinculadas a gobiernos locales, Moody's cree que podrían verse desplazadas a un segundo plano a la hora de recibir apoyo del Gobierno central, que priorizaría a aquellas empresas que figuran directamente bajo su control.
"Moody's espera que el apoyo ofrecido a las entidades (que se encuentran bajo) estrés financiero sea más selectivo, lo que contribuirá a riesgos prolongados de más tensiones para las empresas públicas y los gobiernos regionales o locales", indica la agencia en el comunicado referente a la rebaja de perspectivas sobre las 18 citadas compañías.
En el caso de los bancos, Moody's avisa de que podría rebajar aún más las calificaciones de los tres bancos de inversión si vuelve a bajar la calificación soberana de China, si disminuyera la importancia estratégica de estos bancos para el gobierno o si éste último redujera sustancialmente su participación en los tres bancos.
En el caso de los cinco bancos comerciales, la agencia advierte de otra posible rebaja si baja la calificación soberana de China, se deteriora el entorno operativo de los bancos o si las evaluaciones crediticias de referencia de estos se debilitan significativamente.
Moody's ve menos apoyo financiero a gobiernos locales
Moody's indicó ayer que ve "cada vez más pruebas" de que Pekín dará "apoyo financiero" a los gobiernos locales y regionales que afrontan problemas en sus cuentas, lo que "representará riesgos para la fortaleza fiscal, económica e institucional de China", con peligros también en una posible ralentización "estructural y persistente" del crecimiento y en la "reducción en curso" del peso del sector inmobiliario sobre la economía nacional.
No obstante, la firma mantuvo en el nivel A1 la calificación de la deuda china al considerar que Pekín goza de los recursos financieros e institucionales suficientes como para "gestionar esta transición de manera ordenada", y que el gran tamaño de su economía también supone una protección de cara a absorber estos riesgos.
La reacción de Pekín no se hizo esperar: en un comunicado, el Ministerio de Finanzas mostró su "decepción" y aseguró que los "fundamentos positivos a largo plazo" del desarrollo de la economía china no han cambiado, y que ésta seguirá siendo un "importante motor" del crecimiento mundial.
Asimismo, Finanzas calificó de "controlable" el impacto de la crisis inmobiliaria sobre las cuentas públicas y afirmó que "se están mitigando los riesgos" en materia de la 'deuda oculta' que las administraciones locales y regionales han acumulado a lo largo de los últimos años.
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