Brasilia, 29 mar (EFE).- El presidente de Uruguay, José Mujica,
le planteó hoy a su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva,
su interés en obtener cooperación para la construcción de un puerto
de aguas profundas y para la explotación de las reservas uruguayas
de hierro.
"Ha sido uno de los asuntos centrales de las conversaciones" que
hoy sostuvieron en Brasilia ambos mandatarios, dijo a los
periodistas el asesor de Asuntos Internacionales de la Presidencia
brasileña, Marco Aurelio García.
Según el funcionario, el tema fue planteado por Mujica, quien ha
retomado un antiguo proyecto para la construcción de un puerto de
aguas profundas en la localidad de Rocha, que contempla como una
forma de darle un impulso al comercio exterior de Uruguay.
García, la única autoridad que conversó con la prensa tras el
encuentro de los presidentes, explicó que la construcción del puerto
iría de la mano con un proyecto para convertir a Uruguay en un país
exportador de hierro, mineral del que posee grandes reservas, y
también, en un futuro, de acero.
Según el asesor, Lula se mostró muy interesado en el proyecto,
que volverá a discutir con Mujica durante una visita que hoy se
comprometió a hacer a Montevideo el próximo 3 de mayo.
"La intención sería sumar el esfuerzo de empresas brasileñas a
las ideas planteadas por el presidente Mujica", dijo.
Lula, por su parte, intentó convencer a su homólogo de las
bondades del sistema de televisión digital japonés-brasileño, ante
la elección del modelo europeo por parte del Gobierno uruguayo.
"El presidente Mujica estudiará el asunto", indicó García.
El funcionario explicó que la agenda fue de contenido
fundamentalmente bilateral y que también fueron discutidos asuntos
relativos a la integración de las cadenas productivas, la expansión
del comercio y la cooperación en el sector educativo.
En relación a la educación, Lula planteó el interés de Brasil por
conocer el llamado "Plan Ceibal", un programa del Gobierno uruguayo
destinado a dotar a cada alumno de las escuelas primarias del país
de un ordenador portátil.
Asimismo, fue tratado el desarrollo de obras de infraestructura
en las áreas fronterizas, sobre todo las relativas a la
interconexión eléctrica, la integración de las redes ferroviarias,
la construcción de un nuevo puente en la frontera y otras necesarias
para mejorar la conexión fluvial entre Brasil y Uruguay.
La reunión entre los mandatarios fue precedida de contactos entre
autoridades uruguayas y brasileñas, que según fuentes oficiales se
concentraron en asuntos de comercio e integración.
El ministro de Industria, Energía y Minería de Uruguay, Roberto
Kreimerman, se entrevistó con su homólogo de Comunicaciones, Hélio
Costa, y también con el ministro brasileño de Desarrollo, Industria
y Comercio Exterior, Miguel Jorge.
Por su parte, el ministro uruguayo de Ganadería, Agricultura y
Pesca, Tabaré Aguerre, se reunió con autoridades del Ministerio de
Agricultura de Brasil.
En todos esos encuentros fueron discutidas fórmulas para intentar
potenciar el comercio bilateral, que el año pasado llegó a 2.600
millones de dólares, con la balanza ligeramente inclinada en favor
de Brasil, que exportó productos hacia Uruguay por valor de 1.360
millones de dólares.
En los pocos momentos en que se mostraron ante los periodistas,
Lula y Mujica dieron claras muestras de su aprecio mutuo.
Al llegar al Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería, donde
se realizó la reunión, Mujica fue recibido con un fuerte abrazo por
Lula, quien estaba acompañado por su canciller, Celso Amorim, y su
ministra de la Presidencia, Dilma Rousseff, candidata presidencial
del oficialismo para las elecciones de octubre próximo.
Fiel a su informalidad, el presidente uruguayo no usó corbata,
pero optó por un elegante traje negro con una camisa blanca de la
sólo que llevaba desabrochado un botón.
El gobernante anfitrión sí usó un formal traje azul con una
corbata roja, que el presidente uruguayo intentó, medio en broma,
medio en serio, que se quitase, aunque sin éxito.
Mujica tiene previsto regresar mañana a primera hora a Montevideo
en un vuelo comercial, que hará una escala en el aeropuerto de Porto
Alegre. EFE
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