Buenos Aires, 21 jun (EFE).- El nuevo canciller argentino, Héctor
Timerman, asumirá este martes su cargo en medio de las negociaciones
con Uruguay por el control de un río fronterizo, las quejas de la
oposición por la relación con Venezuela y el reclamo de soberanía
sobre las Islas Malvinas, entre otros temas de una abultada agenda.
El ex embajador de Estados Unidos, que reemplazará a Jorge
Taiana, también tendrá que continuar con la negociación para un
acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), lidiar con los
reclamos de otros países por supuestas trabas a la importación de
alimentos y resolver el conflicto con China por la suspensión a la
exportación de aceite de soja argentino.
Timerman jurará su cargo mañana ante la presidenta Cristina
Fernández, en un acto que se desarrollará en la sede del Gobierno
con la participación de varios funcionarios.
El canciller tomará posesión en medio de las críticas de la
oposición por la relación comercial con Venezuela, luego de que la
Justicia argentina abrió una investigación por el supuesto pago de
sobornos para exportar productos.
La causa tuvo un fuerte impulso el mes pasado, cuando el ex
embajador argentino en Caracas (2002-2005) Eduardo Sadous, quien fue
citado a exponer en el Parlamento este miércoles, denunció que
empresarios argentinos le habían comentado que debían pagar sobornos
de entre un 15 y un 20 por ciento para hacer negocios con Venezuela.
Timerman advirtió en una entrevista publicada este fin de semana
que hablará con Sadous para evitar que revele "secretos
confidenciales", aunque el designado ministro aclaró hoy en su
primer comunicado que el ex embajador en Venezuela concurrirá al
Congreso "con todas las libertades que gozan los ciudadanos
democráticos".
En la agenda del ex periodista también destacan las negociaciones
entre Buenos Aires y Montevideo para el control ambiental conjunto
del río fronterizo Uruguay luego del severo conflicto desatado por
la instalación de la papelera finlandesa UPM (ex Botnia) a la vera
de este cauce.
El nuevo jefe de la diplomacia argentina deberá retomar las
conversaciones tras el éxito cosechado por el Gobierno de su país
con el levantamiento por 60 días del bloqueo que mantenían
ecologistas argentinos desde noviembre de 2006 en un paso a Uruguay
contra la planta instalada en el país vecino.
Timerman tendrá que aprovechar estos dos meses para que avancen
las negociaciones, como reclaman los ambientalistas, y evaluar la
posible intervención de Brasil en los controles, como pidió el
presidente de Uruguay, José Mujica.
"No concibo una política exterior que no tenga en cuenta que con
Uruguay somos hermanos. De esto surgirá una política ambiental
moderna, que sea ejemplar y que favorezca a los dos pueblos",
prometió Timerman.
El diplomático estrenará su cargo en el exterior el jueves,
cuando participe en Nueva York de la reunión anual del Comité
Especial de Descolonización de la ONU, donde Argentina renovará su
reclamo de soberanía sobre las Malvinas, bajo dominio del Reino
Unido, que en 1982 se enfrentó en una guerra con el país
suramericano por el control de la isla.
Argentina viene desarrollando una estrategia de reclamos
persistentes en los foros y organismos internacionales a los que
acude, reclamos que se agudizaron desde que este año Londres comenzó
a promover actividades de exploración de hidrocarburos en el
archipiélago.
Desde Nueva York, el canciller se trasladará a Canadá, donde se
sumará a la delegación oficial que acompañará a la mandataria a la
cumbre del G20 entre el 26 y 27 de junio.
Argentina ejerce la presidencia temporal del Mercosur, bloque que
comparte con Brasil, Paraguay y Uruguay, en momentos en que se han
relanzado las negociaciones de un acuerdo con la UE, cuya dirección
está actualmente en manos de España.
En mayo pasado, la UE advirtió de su preocupación por
informaciones según las cuales Argentina restringe la importación de
alimentos para proteger a la industria nacional, asunto que también
puso en guardia a Brasil y Uruguay.
El ministro también deberá preparar la visita de Fernández en
julio próximo a China, en momentos en que Argentina busca que el
país asiático deje sin efecto la suspensión a la exportación
argentina de aceite de soja. EFE