Paco G. Paz
Washington, 21 sep (EFE).- El presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, llegará al ecuador de su mandato con un alto desempleo
y un lento crecimiento económico, que deberá afrontar con un nuevo
equipo de asesores tras la salida del tercer colaborador en solo
tres meses.
La Casa Blanca anunció hoy que Lawrence Summers, responsable del
Consejo Nacional Económico (NEC, por su sigla en inglés), el
principal órgano asesor económico de la presidencia, abandonará su
puesto este noviembre para retomar su carrera académica en la
Universidad de Harvard.
Su salida se une a la de Christina Romer, la presidenta del
Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, que se marchó a la
Universidad de California, en Berkeley, a principios de este mes, y
a la del director de Presupuesto de la Casa Blanca, Peter Orszag,
que abandonó su puesto en julio.
Estos tres altos funcionarios conformaron junto al secretario del
Tesoro, Timothy Geithner, las bases sobre las que se apoyó Obama
para luchar contra la recesión económica cuando llegó a la Casa
Blanca y para estimular el crecimiento del país.
Pero los resultados de la gestión económica no han sido, de
lejos, los esperados. La salida de Summers se produce en un momento
de alto desempleo (9,6 por ciento) y un crecimiento económico cada
vez más débil.
Al calor del plan de estímulo económico lanzado en el 2008, la
economía se recuperó y llegó a crecer un cinco por ciento a finales
de 2009, pero este ímpetu ha ido languideciendo y la economía creció
un 3,7 por ciento en el primer trimestre de este año y sólo un 1,6
por ciento en el segundo.
En este sentido, la salida de Summers, voluntaria o no, no ha
provocado lágrimas entre los expertos económicos.
La revista Fortune dijo el martes que el país "no echará de
menos" a Summers.
The Wall Street Journal afirmaba que el asesor será recordado más
por lo que no fue capaz de hacer que por lo que logró, así como por
las críticas feroces que despertaron el multimillonario plan de
estímulo, del que fue uno de los artífices.
En cualquier caso, la renovación del equipo económico de Obama
revela el peso que la economía tendrá en las elecciones legislativas
del próximo 2 de noviembre, en las que los demócratas corren el
riesgo de perder la mayoría en las dos cámaras del Congreso.
De hecho, Obama se ha dedicado casi en exclusiva a la economía en
las dos últimas semanas. Ha anunciado un plan millonario de
inversiones en obras públicas, recortes en los impuestos para la
clase media y ayudas para las pequeñas y medianas empresas.
Pero la crisis económica sigue presente en las vidas de los
estadounidenses, como se puso de manifiesto esta misma semana en un
encuentro que Obama tuvo con los votantes.
"Estoy exhausta de defenderle, de defender a su Gobierno. Estoy
realmente decepcionada de a dónde hemos ido a parar", dijo en el
encuentro una mujer afroamericana, en una intervención emotiva que
parecía recoger el sentir del votante medio.
El presidente no pudo sino recordar algunos de los logros de la
primera parte de su legislatura, y pedir a los votantes paciencia
porque, según dijo: "Vamos en la dirección correcta".
La decisión de renovar su equipo económico cerca del ecuador de
su mandato no es nueva en un presidente. Ya su antecesor, George W.
Bush, forzó la salida de su secretario del tesoro y del director del
Consejo Nacional Económico en la misma época.
De hecho durante meses se había especulado no sólo con la salida
de Summers, sino también del propio Geithner. En el encuentro con
los votantes, Obama no desmintió su salida. Sólo dijo que estaban
haciendo un trabajo "excelente" y que no había tomado todavía una
decisión sobre cambios en su equipo.
Geithner sufrió un gran desgaste durante los primeros meses del
Gobierno de Obama, en el que se destinaron miles de millones de
dólares del dinero de los contribuyentes para rescatar a la banca de
Wall Street.
Ahora, curiosamente, queda como el superviviente del equipo
inicial formado por Obama, aunque nadie descarta que se dé su relevo
tras las elecciones de noviembre. EFE