Washington, 25 abr (EFE).- El presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, y los demócratas en el Congreso se preparan para
iniciar, esta semana, la batalla legislativa para una reforma
profunda del sistema de regulación de bancos y entidades financieras
a la cual se opone la banca.
El proceso se inicia mientras salen a luz más detalles de las
supuestas maniobras por las cuales la firma Goldman Sachs se lucró
apostando a la debacle de las hipotecas de alto riesgo y es ahora
objeto de una investigación por fraude.
El jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Read, de
Nevada, pondrá a votación mañana una moción sobre si se inicia o no
el debate en torno al proyecto de reforma de los mecanismos y
agencias del Gobierno que supervisan las actividades del sector
financiero.
El líder de la minoría republicana, el senador Mitch McConnell,
de Kentucky, admitió hoy en el programa "Fox News Sunday" de
televisión que su partido no tiene votos suficientes para impedir
que se inicie tal debate, pero cree que la legislación no está lista
para aprobación.
La reforma de la supervisión en el sistema bancario requiere al
menos 60 votos en la cámara alto, que tiene 100 miembros. Los
demócratas no cuentan con esa mayoría, pero a diferencia de lo
ocurrido con la reforma del sistema sanitario, a la cual se
opusieron todos los republicanos, ahora hay varios legisladores de
este partido que se inclinan por apoyar esta reestructuración.
Después de la peor catástrofe financiera desde la Gran Depresión
de los años 1930, Obama y los demócratas parecen contar con un
fuerte respaldo de la opinión pública para imponer reglas que
impidan las especulaciones altamente arriesgadas y la consolidación
de bancos gigantescos cuyos colapsos amenacen al sistema entero.
El jefe del equipo de asesores económicos y ex secretario del
Tesoro, Larry Summers, sostuvo hoy que las reformas que discutirán
los senadores, si hubiesen estado en marcha antes habrían impedido
el caos financiero de hace dos años.
Summers mencionó en el programa "Face the Nation" de la cadena
CBS de televisión la especulación con las hipotecas de alto riesgo y
otros "instrumentos financieros derivados" que llevaron los bancos
al borde de la quiebra y requirieron rescates por los cuales han
pagado los contribuyentes.
Los más de 2.500 cabilderos registrados en Washington como
gestores de los intereses del sector de bancos, finanzas, seguros y
bienes raíces se han movilizado intensamente y, según el diario The
Washington Post, las 25 firmas bancarias más grandes han gastado más
de 11 millones de dólares en los primeros tres meses del año para
influir a los legisladores.
Obama, en un discurso la semana pasada ante líderes de la banca
en Nueva York, instó a los banqueros a que cesen su "oposición
feroz" a las reformas y se unan al esfuerzo para asegurar el sistema
financiero y la economía de Estados Unidos "sigan siendo la envidia
del mundo".
La crisis financiera, que comenzó con la especulación en el
sector inmobiliario mediante hipotecas de alto riesgo convertidas en
instrumentos de inversión y puso a todo el sistema en peligro a
mediados de 2008, "nació de una falta de responsabilidad desde Wall
Street hasta Washington", sostuvo el presidente.
La "irresponsabilidad en Washington" incluyó, según se reveló
esta semana, que una treintena de funcionarios de alta jerarquía en
la Comisión de Valores (SEC, por su sigla en inglés) encargada de
supervisar las actividades de la banca y las financieras, se
dedicaran a mirar pornografía en sus computadoras gubernamentales
mientras se gestaba la crisis.
La banca ha sufrido otro deterioro de su imagen esta semana
cuando empezaron a divulgarse mensajes intercambiados por los
ejecutivos principales de la firma Goldman Sachs.
El ejecutivo principal de la entidad, Loyd Blankfein, comparecerá
esta semana ante el Subcomité Permanente de Investigaciones del
Senado para ser interpelado sobre las supuestas maniobras por las
cuales la firma apostó a la depreciación de las hipotecas de alto
riesgo al tiempo que seguía ofreciéndolas como inversiones
prometedoras a sus clientes.
El presidente del subcomité, el demócrata Carl Levin, de
Michigan, divulgó este fin de semana algunos mensajes internos del
banco intercambiados por jerarcas de la firma mientras se agravaba
la crisis de las hipotecas de alto riesgo.
En uno de ellos, enviado en el otoño (boreal) de 2007, el
ejecutivo de Goldman Sachs, Donald Mullen, vaticinó que la firma
tendría ganancias jugosas porque las firmas calificadoras de crédito
habían degradado las inversiones hipotecarias, lo cual causó
pérdidas para los inversionistas.
"Esto suena como que vamos a ganar cantidades sustanciales de
dinero", escribió Mullen. EFE