París, 19 nov (EFE).- La OCDE mejora sus perspectivas sobre la
actividad de sus países miembros, al calor del empuje de las grandes
economías emergentes, en particular de China, y confirma, en su
informe semestral publicado hoy, un mayor dinamismo de Estados
Unidos que de la zona euro o de Japón.
Todos los grandes bloques que componen la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) han tenido crecimientos
del Producto Interior Bruto (PIB) en el tercer trimestre, aunque eso
no evitará la caída global en 2009, que para el conjunto de los 30
países miembros será del 3,5%, menos pronunciada que el -4,1% que
esperaba en junio.
El secretario general de la OCDE, el mexicano Ángel Gurría,
presentó el informe en Tokio, donde subrayó que estas previsiones
reflejan que la recuperación será "lenta durante un tiempo" y no
llegará al mercado de trabajo hasta la segunda mitad de 2010.
"Con sólo una ligera caída prevista para 2011, aún así habrá más
de 50 millones de desempleados en el área de la OCDE, comparados con
los 35 millones de 2008", señaló Gurría en rueda de prensa.
El informe semestral publicado hoy augura en 2010 una
recuperación del 1,9% (1,2 puntos más de lo previsto en junio) para
el que se conoce como el "Club de los países desarrollados", que
pasará al 2,5% en 2011.
Esa evolución es más favorable para Estados Unidos, donde la
recesión se quedará en un repliegue del PIB del 2,5% este año, antes
de una subida de ese mismo 2,5% en 2010, para pasar al 2,8% al año
siguiente.
Los autores del estudio esperan que en Estados Unidos de hecho la
actividad va a seguir consolidándose, gracias a la política de
estímulos y, a corto plazo, a un cambio de ciclo en las existencias
de las empresas (que les va a obligar a producir para renovarlas).
Eso no va a impedir que la tasa de paro, que será de media del
9,1%, subirá hasta el 9,9% en 2010 y a mediados de ese ejercicio
comenzará a disminuir para colocarse de nuevo en el 9,1% en 2011.
En la zona euro, la recuperación que se ha constatado en el
tercer trimestre (+1,5% en términos anuales) va a continuar siendo
débil (+0,6% en el cuarto trimestre y +0,8% en el primero de 2010)
por el bajo nivel de inversión y de consumo, afectado en este último
caso por una tasa de desempleo que no va a dejar de crecer: del 9,4%
de media este ejercicio al 10,6% el próximo y al 10,8% en 2011.
Singular aquí es el caso de España, que en 2010 volverá a sufrir
una caída del PIB del 0,3%, (menor de la prevista en junio, cuando
la OCDE la fijó en el 0,9%), una situación que sólo se dará también
en Grecia (-0,7%), Hungría (-1%), Islandia (-2,1%) e Irlanda
(-2,3%).
España tampoco se va a quitar el sambenito de la mayor tasa de
paro, con un techo del 19,3% en 2010, frente al 9% de media en la
OCDE y del 10,6% en la zona euro.
Japón, que va a sufrir este año un desplome de su PIB del 5,3%
(lo que supone en todo caso 1,5 puntos de caída menos de lo
anticipado por la OCDE en junio), pasará a terreno positivo en 2010,
con un incremento del 1,8%, que será del 2% en 2011, gracias sobre
todo al impulso de los grandes mercados emergentes de su entorno
asiático.
La OCDE constata además que los precios de la vivienda han bajado
desde 2008 en los países donde más se habían encarecido en los años
precedentes, y que la tendencia continúa en 2009 con descensos que
en el último trimestre para el que hay datos disponibles y en
términos interanuales siguen siendo particularmente elevados en
España (-7,4%), Reino Unido (-7,4%), Francia (-9,1%), Irlanda
(-10,7%) y Dinamarca (-17,3%).
Los autores del estudio advierten de que sus previsiones tienen
un grado "sustancial" de incertidumbres, en particular, sobre el
comportamiento de los consumidores (que podría ser más conservador
de lo anticipado) y de las inversiones de las empresas, que podrían
mejorar la situación más de lo esperado.
Otro riesgo es la persistencia de los desequilibrios financieros
internacionales -sobre todo el déficit de Estados Unidos y el
superávit chino-, que aunque se han reducido durante la crisis, se
mantienen a niveles que no permiten excluir desórdenes en los tipos
de cambio. De ahí que la OCDE subraya la importancia de los
esfuerzos de coordinación internacional en el G20.
La organización se felicita de que no se haya cedido a la
tentación del intervencionismo gubernamental más allá de lo que era
necesario en los mercados financieros, aunque cita una excepción que
considera "desafortunada", la de la industria automovilística. EFE
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