Wendy Thompson
Orlando (EE.UU.), 6 ene (EFE).- La ola de frío que afecta la
Florida (EE.UU.), con temperaturas bajo los cero grados centígrados
en las noches, y que puede dejar pérdidas por millones de dólares en
la agricultura, no sólo preocupa a productores, sino también a
campesinos hispanos cuyo trabajo se paraliza.
Desde hace una semana la ola de frío, que azota especialmente el
norte y el centro de Florida, mantiene a los agricultores despiertos
y a sus jornaleros dormidos, con excepción de quienes vigilan los
frutos, dijo hoy a Efe Sue Harrell, directora de mercadeo de Florida
Strawberry Growers Association (FSGA), que agrupa a la mayoría de
los productores de fresas en el estado.
Según Harrell, pese a que todavía es muy pronto para evaluar los
daños que el frío puede causar en las plantaciones de fresas en
lugares como Plant City, Brandon, Valrico y otras zonas al suroeste
de Orlando, ya se sienten los efectos en las frutas.
"Las más afectadas serán las frutas que se recogerán dentro de un
mes, porque en este momento están en flor", dijo la ejecutiva, que
explicó que las fresas son las más propensas al daño en estos
momentos.
La industria agrícola de la fresa en Florida, que representa
cerca del 15 por ciento de la cosecha nacional y el cien por ciento
de todas las fresas que se cultivan y consumen en el país durante el
invierno, tiene un impacto en la economía local de más de 200
millones de dólares, según datos de la FSGA.
Harrell comentó que los trabajadores agrícolas que se turnan en
la noche para vigilar las fresas y de día, para recogerlas, tampoco
tienen mucho trabajo.
"Las recolección está muy lenta. Bajo temperaturas normales los
trabajadores recogen fresas cada tres días (dependiendo del tamaño
del campo) y ahora lo están haciendo cada cuatro o cinco días debido
al frío ya que la fresa debe madurar en su rama, porque después de
arrancada se detiene el proceso", explicó.
Pero son los cítricos el renglón que podría verse más afectado
por las bajas temperaturas y uno de los que más preocupa incluso al
gobernador Charlie Crist, quien ayer firmó su primera orden
ejecutiva del año, declarando estado de emergencia.
La medida permite que las agencias estatales brinden apoyo a los
agricultores y relaja el peso límite que pueden transportar los
camiones para que puedan llevar más frutos como naranjas, toronjas,
y otros que en su totalidad inyectan más de 100.000 millones de
dólares anuales al estado.
"Hasta el momento nadie ha reportado daños graves, pero eso
podría cambiar ya que se espera que las temperaturas continúen
bajando en los próximos días", dijo Lisa Lochridge, portavoz de la
Florida Fruit and Vegetable, organización que agrupa a productores
de cítricos y vegetales en este estado.
"Por ahora los rancheros están tomando medidas preventivas para
minimizar cualquier daño, como la irrigación del tronco de la planta
toda la noche, en el caso de los cítricos, y cubriendo otros frutos,
como los pepinos, los más vulnerables al frío", añadió.
Ana Cruz, representante del Ministerio Nacional Cristiano de
Campesinos, en Pierson, en el condado Volusia, denunció que pese a
que la recolección se ha paralizado los patrones siguen exigiendo el
pago de los alquileres de los lugares que rentan a los jornaleros,
"además de la electricidad y todo eso, sin tener de donde ganar
dinero".
Se calcula que unos 30.000 campesinos, la gran mayoría hispanos,
llegan por temporada de recolección a Florida.
El frío también ha afectado a los trabajadores agrícolas cuyas
viviendas muchas veces no cuentan con calefacción adecuada, por lo
que solicitan donaciones de cobijas y otros artículos, y que se
pueden coordinar a través de la Asociación Campesina de Florida
(FWAF).EFE