Fráncfort (Alemania), 1 feb (EFE).- General Motors Europa
presentó hoy al Foro Europeo de Trabajadores un plan industrial para
Opel que lejos de acercar posiciones mantiene las brechas entre la
dirección y la plantilla y pospone el esperado pacto.
"Las preguntas fundamentales siguen sin respuestas", afirmó el
presidente del comité de empresa de Opel, Klaus Franz, al término de
la reunión celebrada hoy en Niedernhausen y a la que, por parte
española asistió, entre otros, el secretario general de la sección
sindical de UGT en Figueruelas, Pedro Bona.
Según los sindicatos, el plan industrial presentado hoy por el
consejero delegado de Opel, Nick Reilly, prevé hasta 2.000 despidos
más de los anunciados hasta ahora por la empresa, es decir un total
de 9.972 empleos frente a los 8.300 previstos.
Opel negó en un comunicado que éste vaya a ser el caso y explicó
que los 2.000 puestos de trabajo referidos por los sindicalistas
corresponden a otros tantos trabajadores próximos a la jubilación
que han expresado -y firmado- su deseo de abandonar la empresa.
"Opel modifica su plan día a día a costa de su ya escasa
credibilidad", criticó Franz y añadió que incluso la cifra de 8.300
despidos es "una propuesta no aceptada" porque "no aceptamos el
cierre de la planta de Amberes".
De esos 8.300 despidos que General Motors insiste en recortar,
4.000 corresponderían a Alemania, 2.600 al cierre de Amberes y 900 a
Figueruelas, con una plantilla de 7.000 personas.
El cierre de la factoría belga fue uno de los asuntos que hoy
salió a relucir en las negociaciones, lo que envenenó el ambiente,
según el representante sindical belga, Rudi Kennes.
"El aire que se respiró no fue nunca tan malo", declaró Kennes,
poco después de que Reilly y su equipo abandonaran, con gesto
malhumorado, el hotel de congresos donde se celebró la reunión, en
la que los sindicatos exigieron un plan alternativo para Amberes e
incluso una posible venta, como ocurrió con Saab.
Franz afirmó que, además de "la sorpresa" proporcionada por el
baile de cifras sobre despidos, las conversaciones de hoy sólo
aportaron más de lo mismo.
Los sindicatos reiteraron sus críticas a General Motors por no
involucrarse más en el saneamiento de la filial, en tanto que de los
3.300 millones que supuestamente costará sacar adelante a la
empresa, el fabricante estadounidense pretende recabar 2.700
millones entre los gobiernos de países con plantas Opel.
General Motors devolvió en noviembre 600 millones de un crédito
puente con el gobierno alemán y en enero transfirió a Opel 650
millones. En los planes actuales no hay previsto más apoyo de GM.
Según Franz, el consejero delegado de Opel tampoco respondió hoy
a las demandas de los sindicatos de lograr, a cambio del sacrificio
económico que se les pide, una participación en el capital de la
empresa y tampoco lograron indicios por parte de Reilly de que Opel
será más "independiente" de GM transformándose en sociedad anónima.
Reilly únicamente insistió, en la presentación de su plan, en la
necesidad de que los trabajadores contribuyan a los esfuerzos por
sacar a flote la empresa con una "renuncia" salarial de 265 millones
de euros los cinco próximos años.
Las única novedad en la presentación del plan Opel a los
sindicatos vino del lado de la producción, aunque en forma de
"proyecto en estudio".
Se habló en concreto de la producción de dos nuevos modelos: la
nueva generación del Combo y un vehículo mini eléctrico, que de
salir adelante se fabricarían en las plantas de Figueruelas
(Zaragoza) y Eisenach (Alemania).
Según Bona, la fabricación de esos modelos se llevaría a cabo
respetando los porcentajes de producción preacordados entre las
plantas de Zaragoza y de Eisenach.
Así, la planta zaragozana fabricaría hasta 2013 el 70 por ciento
de la plataforma de vehículos pequeños (Corsa, Meriva y Combo) y el
72 por ciento a partir de esa fecha, mientras que Eisenach se haría
cargo del 30 y del 28 por ciento restante.
Bona destacó como "una buena noticia" que finalmente GM decidiera
fabricar esos modelos, pues Hoben "ha dejado bien claro" que son
proyectos todavía en desarrollo.
No obstante, Hoben indicó que la intención de GM Europa es
fabricar un vehículo eléctrico y que si los estudios de ingeniería
lo aconsejan se produciría en Figueruelas y en Eisenach.
Según Bona, los ejecutivos de GM adelantaron que la empresa prevé
invertir 6.500 millones de dólares en producto y 8.500 en desarrollo
de nuevos productos en ingeniería. EFE