Londres, 5 nov (EFE).- Oxfam pidió hoy a los ministros del G-20
que se reúnen este fin de semana en Escocia que apliquen un pequeño
impuesto a las transacciones bancarias, para ayudar con el dinero
recaudado a millones de personas a quienes la crisis económica y el
cambio climático han hundido en la pobreza.
En un comunicado ante la reunión del viernes y sábado de los
ministros de Finanzas del G-20 en St. Andrews, la ONG humanitaria
afirma que es necesario tomar medidas urgentes para ayudar a esos
países a superar una crisis que cada minuto sepulta en la "pobreza
más extrema" a otras cien personas y dificulta el que sus gobiernos
puedan financiar hospitales y escuelas.
Según calcula Oxfam, la aplicación de un impuesto de sólo un 0,05
por ciento a las transacciones de divisas, acciones e instrumentos
derivados que se llevan a cabo en todo el mundo permitirían recaudar
anualmente más de 600.000 millones de dólares.
"Aplicar un minúsculo impuesto equivalente a sólo 5 dólares por
cada 10.000 que se negocian significaría que los banqueros
recibirían menos primas, pero marcaría una diferencia importante
para los pobres del mundo", afirma Max Lawson, de esa ONG.
"Cada minuto cien personas más en todo el mundo se ven obligadas
a sobrevivir con menos de 1,25 dólares al día por culpa de una
crisis de la que no son en absoluto responsables", agrega Lawson.
En relación con el cambio climático, el experto de Oxfam señala
que el dinero que dispongan los países ricos para ayudar a los
pobres a reducir sus emisiones no debe salir del 0,7 por ciento del
PIB prometido para la ayuda al desarrollo sino que debe ser
adicional.
"Los países pobres no van a aceptar un acuerdo sobre el clima que
detraiga dinero de sus escuelas y clínicas para financiar la
construcción de defensas frente a las inundaciones", pronostica
Lawson, según el cual "el impuesto a los bancos podría ser una
solución viable que no supondría ningún costo para el
contribuyente".
Oxfam hace también un llamamiento a los ministros de Finanzas del
G-20 para que combatan los paraísos fiscales a fin de garantizar que
de esas medidas se benefician tanto países pobres como ricos y
calcula que, por culpa de aquellos, los países pobres pierden al
menos 160.000 millones de dólares al año en ingresos fiscales. EFE