Sídney (Australia), 11 oct (.).- El Gobierno de Papúa Nueva Guinea busca incrementar la inversión europea en este empobrecido país con una gran cantidad de recursos naturales sin explotar, indicó este martes el ministro Comercio Internacional, Richard Maru.
El ministro papuano intervino en la Conferencia de Negocios, Inversiones y Comercio Papúa Nueva Guinea-Unión Europea, que comenzó hoy y concluye el miércoles en Port Moresby, donde acudieron empresarios europeos de diversos sectores.
"Es hora de que los estados de la Unión Europea comiencen a ver a Papúa Nueva Guinea como un destino de inversión", dijo Maru al inicio de la tercera edición de esta cita.
Maru, en una alocución retransmitida a través de las redes sociales, explicó que las oportunidades de inversiones en su país se dan, además de en recursos energéticos y mineros, en el sector de la agricultura, especialmente en el campo de los lácteos o de café.
El ministro, que se comprometió a garantizar protección para las inversiones, incidió que espera que su país se desarrolle gracias a atraer negocios y que industrias en la nación se encargen de "procesamiento de las materias primas hasta su producto final".
"Podemos garantizar que la gente tendrá retornos en sus inversiones", aseguró el ministro al insistir en que su gobierno trabaja en la seguridad interna para evitar que episodios de violencia impidan mejorar el clima de inversiones.
Las inversión extranjera directa de Papúa Nueva Guinea a principios de 2019 era de 4.500 millones de dólares estadounidenses (4.647 millones de euros), principalmente de China y Australia, Malasia, Filipinas y Singapur, según datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
La economía de Papúa Nueva Guinea, que según el Banco Asiático de Desarrollo, crecerá en un 3,4 por ciento este año y en 4,6 por ciento el próximo, depende principalmente de la explotación de minerales, petróleo, gas, oro, cobre, así como de los cultivos de aceite de palma, café, cacao, y la pesca.
A pesar de ser un país rico en recursos naturales, una gran parte de los más de nueve millones de habitantes de Papúa Nueva Guinea vive en extrema pobreza y está aislada por los problemas de comunicaciones, especialmente en áreas remotas en donde falta la seguridad, así como los servicios básicos de salud y educación.