París, 4 feb (EFE).- Francia y Alemania quieren que la Unión
Europea (UE) se dote de un gobierno económico este año para
coordinar la agenda común en el horizonte de 2020, y por eso
presentarán iniciativas comunes en la cumbre de los Veintisiete del
próximo día 11.
Ése es uno de los principales mensajes del consejo ministerial
bilateral celebrado hoy en París, en el que el presidente francés,
Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, también
instaron a la UE a que antes de que acabe el año establezca nuevos
indicadores para medir el crecimiento económico que tengan en cuenta
aspectos como el bienestar sanitario, social o medioambiental.
Esos indicadores, que tomarán como base los trabajos que se han
encargado a los premios Nobel de Economía Joseph Stiglitz y Amartya
Sen, servirán para completar el Producto Interior Bruto (PIB).
Sarkozy, que anunció que la víspera del Consejo Europeo de la
semana próxima volverá a reunirse con Merkel, aseguró que "este
liderazgo franco-alemán no se dirige contra nadie (...) simplemente
para que exista una Europa fuerte Francia y Alemania tienen que
trabajar juntos".
"Alemania y Francia están dispuestos a aceptar críticas" pero hay
que acabar con las promesas que luego no se cumplen, comentó en lo
que parece una alusión al fracaso de la Estrategia de Lisboa para
convertir la UE en la economía más competitiva gracias sobre todo a
la innovación.
En el comunicado distribuido al término del encuentro de París,
los dos gobiernos destacaron que el debate institucional en Europa
ha quedado atrás y ahora debe centrarse en "una acción concreta al
servicio de sus ciudadanos y de sus empresas, preservando el medio
ambiente, que es nuestra herencia común".
Así, se pronunciaron por "reforzar la vigilancia en materia de
competitividad" con los tipos de cambio con la zona euro y
reafirmaron su compromiso con el Pacto de Estabilidad, y en
particular con la meta de que el déficit sea inferior al 3% del PIB
en 2013.
París y Berlín avanzaron que continuarán sus esfuerzos para
"establecer una regulación financiera internacional robusta y
armonizada para garantizar unas reglas del juego equitativas" en la
reglamentación y la supervisión.
Sobre política energética y climática, dijeron que apoyarán la
aplicación del acuerdo de Copenhague de diciembre, pero que su
objetivo es lograr un compromiso "global, ambicioso y jurídicamente
obligatorio".
Sarkozy reconoció que su idea de una tasa de carbono en las
fronteras de la UE Alemania no la puede asumir por llevar aparejada
un impuesto, pero subrayó que los dos países "estamos de acuerdo en
que hace falta un mecanismo para reequilibrar las condiciones de
competencia".
Es decir, que se buscarán "medidas apropiadas" en la UE que
eviten el desequilibrio de competencia de los productos importados
por Europa elaborados en países donde hay las mismas restricciones
en las emisiones contaminantes.
En política exterior, Merkel y Sarkozy subrayaron la necesidad de
establecer una alianza con Rusia, y la canciller alemana sentenció
que "hay que cerrar de una vez por todas la Guerra Fría".
Los dos líderes reafirmaron su voluntad de seguir adelante con el
programa del avión europeo de transporte militar A400M, y el
presidente francés aventuró que la negociación entre los siete
países y el fabricante Airbus concluirán en acuerdo "rápidamente".
Sarkozy insistió en que "no hay otros dos países en el mundo que
puedan anunciar tantos proyectos" en común como los 80 presentados
hoy que cubren, aparte de los ya citados de economía, clima y
política exterior y de defensa, la innovación e investigación, el
acercamiento de los ciudadanos y el marco institucional.
Una de las medidas más simbólicas de este último es que en los
consejos de ministros del Gobierno francés en los que se trate de
alguna cuestión que afecte a Alemania participará un ministro alemán
y a la inversa. EFE
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